TEMAS DEL DIA:

Coronavirus | Elecciones 2021 | Elecciones en Tacna | Vacunación | Salud | Tacna | Vizcarra | Pedro Castillo

«Desde el recuerdo»

Share on facebook
Share on twitter
Share on pinterest
Share on whatsapp
Share on email
Share on facebook
Share on twitter
Share on pinterest
Share on whatsapp
Share on email

El licenciado en filosofía, Gonzalo Moya Cuadra, entrega a Radio Uno el articulo “Desde el recuerdo” en memoria del expresidente chileno Salvador Allende.

Chile, uno de los países de Latinoamérica con mayor tradición democrática, era sacudido el 11 de septiembre de 1973 con un golpe militar, encabezado por el general  Pinochet.

En un tiempo oscuro para la democracia latinoamericana, Salvador Allende fue el constructor de un ideal político superior. Hombre histórico y de espíritu selecto fue elegido Presidente Constitucional de Chile en elecciones libres y democráticas, en base a un programa sólido y comprobadamente posible, encabezando un gobierno popular, de ideologías diversas, traslúcido, libertario, que tuvo como fundamento vital erradicar la pobreza y cimentar las condiciones necesarias para llevar a cabo un proyecto social emancipador y solidario. Como político progresista y auténtico, decente, amante de la libertad, la igualdad y la fraternidad, columnas fundamentales en la historia de la humanidad, fue absolutamente prístino en sus convicciones, tolerante y con una real vocación por el quehacer público, hoy casi inexistente en esta abstrusa contemporaneidad, donde un sistema económico abyecto ha convertido a la sociedad actual en una entelequia amoral. Comprendió perfectamente los códigos morales y el cumplimiento de las obligaciones libremente contraídas con el pueblo fueron el eje esencial de su gobierno absolutamente fraternal y como un eslabón más de una gran escuela de moralidad, pensó que todo ser humano debe desarrollar su voluntad e inteligencia para instaurar una sociedad exenta de hechos deshumanizantes. Sobre las cenizas de lo inhumano, Allende quiso construir una sociedad más humana.

Ergo, procuró solucionar la problemática sociológica en torno al por qué de la existencia humana y como testigo clave de aquella época confusa, a la vez pletórica de esperanza, avizoró la necesidad de construir una política honesta y trascendente. Su lúcida inteligencia, su semilla de valor y su pragmatismo político fueron ejemplos para esos idealistas que jamás desaparecerán de la inmensidad del pensamiento racional. Buscó la Verdad, gran masón, aquella verdad preclara y luminosa que marcó un sólido ejemplo de voluntad política en la historia latinoamericana, luchando con consecuencia política, fundamental para estructurar un gobierno desarrollista y visionario, contra el pensamiento retardatario. Como obrero de la paz dejó como legado su palabra en el tiempo y su análisis futurista sobre una sociedad realmente equitativa. La intolerancia y la traición de fuerzas reaccionarias impidieron que los valores democráticos, genuinos y valederos, cumplieran el rol transformador y liberador que impone una verdadera democracia.

Ese martes once de septiembre, sueños derrotados, amores angustiados, los sollozos viajaron hacia lugares arcanos donde con horror esperaban fantasmas prisioneros, abatidos, esqueletos pálidos, torturados, desorientados. El Poeta tuvo razón, los fantasmas esperaban más fantasmas. Aquel día Chile lloró conmovido. Aquel día el mundo lloró herido y desde ese mismo día se recomenzó un nuevo proceso realizador para desatar lo inmovilizado y para recuperar el tiempo perdido.

Tacna, Perú, tierra acogedora y florecida, cuarenta y ocho años después.