En el día central de la Virgen de Copacabana, el Obispo de la Diócesis de Tacna y Moquegua, llevó adelante una corta pero significativa homilía en la que instó a los feligreses a honrar la vida y el verdadero sentido de la festividad religiosa.
«(…) por qué nos acercamos al Señor, qué es lo que le pedimos, qué es lo que venimos a pedirle hoy a la Virgen de Copacabana; es todo licito y es justo, la recuperación de la salud, el progreso, los hijos ¿verdad? todo eso es bueno, pero no nos olvidemos que el Señor tiene algo más que dar, algo más que darnos que prolongarnos la vida aquí porque no tenemos una vida aquí para engordar sino una vida para salvar y una vida para entregar, una vida para ser mejores. Alguien decía que en la vida se puede hacer bromas, es verdad, pero no se puede bromear con la vida, una cosa es ser bromistas y otra cosa es pasarse toda la vida como ensoñando, como pensando que yo no voy a morirme», expresó.
Desde tempranas horas, población preparó alfombra de flores, estrado y se reunió en la plaza Héroes del Alto de la Alianza a espera de la palabra. Pero a diferencia de ocasiones pasadas, el lugar se lució con pocos asistentes. No obstante, los presentes cobraron relevancia por la fe mostrada llevando imágenes de la «Mamita de Copacabana» a quien agradecían por milagros cumplidos y pedían otros prometiendo volver. También participaron vehículos para la tradicional bendición.