Algarabía y fervor patrio en calles de Tacna. Población en familia o con amigos abarrotaron veredas y balcones ovacionando la Procesión de la Bandera, algo impensable durante el cautiverio que a los tacneños de antaño les costó el sacrificio de llevar en silencio su bandera.
“No se oyó ninguna exclamación ni el grito más insignificante. Sellados todos los labios por un compromiso de honor, permanecieron mudos. Y en medio de aquel silencio extraño y enorme que infundía asombro y causaba admiración, la bandera, levantada muy arriba, avanzó lentamente por en medio de aquel océano de cabezas descubiertas”, relata Federico Barreto acerca de La Procesión de la Bandera, en 1921.
A 95 años del retorno de Tacna a la heredad nacional, las calles fueron una fiesta de cánticos alusivos al amor por el Perú, mientras buganvillas eran lanzadas desde lo alto de las casas, algunos arrojaron globos y papel pica pica. En tanto, mujeres tacneñas con arengas a la Ciudad Heroica llevaban el pabellón nacional que antes en la plaza de la Mujer había sido desplegado por damas del colegio militar Gregorio Albarracín, a la vez que escolares de la I.E Corazón de María se posicionaron debajo de la gran bandera para darle vida con movimientos ondeantes.
La actividad fue perdiendo algo de la solemnidad que debe caracterizarla al tratarse de un importante pasaje de la historia que dejó la Guerra del Pacífico. Al llegar la comitiva a la zona de avenida San Martín, fue cortado el trayecto por escenarios de entidades bancarias que prácticamente impulsaron un pequeño concierto con danzas de polka que detuvo la marcha, misma que debería continuar sin percances hasta el centro cívico. Hechos como estos demoraron el normal desplazamiento que culminó pasado el mediodía.
Lejos de estos impases, hubo muestras de peruanidad, niños con banderas gritando «Viva Tacna», familias que se preocuparon por decorar sus casas con los símbolos patrios y flores típicas de la estación. Vecinos, docentes, escolares, catequistas, y migrantes se dieron a la tarea de armar coloridas alfombras desde muy tempranas horas en calle Alto de Lima.
La conmemoración patriótica tuvo su punto más emocionante al ser izado el pabellón nacional y ser entonado a viva voz el himno a Tacna.
