Supuesta pareja de empresario habría aprovechado su estado etílico para sustraer del interior de local comercial dos bicimotos que pretendía llevarse en un taxi. Fue sorprendida por vecinos de la zona y conducida a la comisaría del sector.
En un confuso incidente una mujer fue intervenida por personal policial luego que vecinos de la Av. Industrial la sorprendieran sustrayendo del interior de un local comercial dos bicimotos que pretendía llevarse a bordo de un taxi.
El hecho se produjo al promediar las 7:00 horas en el local ubicado en la Av. Industrial 150-B. Susana Castro Gómez habría aprovechado que Julián Gutiérrez Montora “Chorri” de 53 años de edad se encontraba en estado inconsciente producto de su avanzado etílico, para sacar un par de bicimotos del local donde Gutiérrez vendía unidades vehiculares menores.
Sin embargo ya con estos móviles en la calle, Susana Castro le solicita al conductor Darío Manco Peralta de 56 años una carrera de taxi a bordo de su vehículo de placa de rodaje SK-7993. Lamentablemente para ella, el taxista ya había sido advertido por un vendedor de diarios que esta mujer no era ni propietaria ni trabajadora del local, por lo cual Darío Manco se niega a avanzar su vehículo.
Es en este momento en que los vecinos de la zona, cercan a Susana Castro y le exigen que explique las razones por las cuales pretendía llevarse estas bicimotos. Ante el enojo de los vecinos, la acusada indicó que ella era pareja sentimental del propietario del local comercial y que éste se las había regalado, afirmación que no creyeron los lugareños y solicitaron la presencia de efectivos policiales en la zona.
Al ingresar al recinto los vecinos constataron la presencia del propietario del local en estado inconsciente y en evidente condición etílica. A la llegada de los uniformados tanto el empresario como la mujer fueron conducidos hasta la comisaría Gonzáles Vigil para realizar las pesquisas.
Ya en la dependencia policial, la mujer insistió en que era pareja sentimental de Julián Gutiérrez e inclusive protagonizaron extrañas muestras de cariño mientras la mujer lanzaba gritos en evidente apología a la “lucha armada”.
Versiones de un taxista testigo dieron cuenta que durante la intervención a la mujer se había caído un fajo de dinero que no habrían sido incluidos en el parte policial.