El republicano Donald Trump vuelve a la Casa Blanca cuatro años después de perder el cargo. Tomará posesión como el 47º presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero a las 12 del mediodía.
Con victorias clave en Georgia, Pensilvania y Carolina del Norte, Trump selló su triunfo sobre la candidata demócrata y actual vicepresidenta Kamala Harris, consolidando el apoyo en territorios decisivos y asegurándose una contundente ventaja en el Colegio Electoral.
Trump sacó ventaja al ganar en la mayoría de los swing states, estados cuya balanza electoral suele ser determinante en los resultados finales. El apoyo en territorios como Carolina del Norte, Georgia, y Pensilvania inclinó decisivamente la elección a su favor, asegurando una mayoría suficiente en el Colegio Electoral. Pero también sorprendió en Wisconsin, Michigan, Nevada y Arizona.
Desde su residencia en Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida -donde logró una victoria aún mayor que en 2020-, el ex jefe de estado norteamericano celebró los resultados rodeado de futuros secretarios, asesores, empresarios y fervientes partidarios, proyectando un inicio de mandato con respaldo tanto partidario como popular.
Con más de 68 millones de votos y un 51%, Trump superó ampliamente a su oponente demócrata, Kamala Harris (63 millones y 47%). Esta cifra refleja un respaldo masivo y consolidado, especialmente en zonas rurales y suburbanas, que respondió a su retórica directa y a un enfoque centrado en temas como seguridad y economía, factores sensibles para su grupo duro.
Trump se ha beneficiado de la frustración de los ciudadanos tras las fuertes subidas de precios de los últimos cuatro años y el aumento de la inmigración irregular. El republicano se ha mostrado inmune a los escándalos y se convierte en el primer delincuente convicto elegido presidente, lo que también despejará su futuro judicial. El nuevo triunfo de un político demagogo y populista, pero a la vez carismático, supone todo un terremoto para el futuro de Estados Unidos y del mundo.
Mayoría en el Senado
Trump recibió un respaldo casi absoluto de su partido, incluso en medio de algunas disidencias internas que, sin embargo, no llegaron a tener peso suficiente como para beneficiar a Harris. El apoyo de la maquinaria republicana fue crucial, especialmente en los estados clave donde el voto partidario suele ser más influyente.
Uno de los factores que podrían asegurarle una presidencia sin grandes obstáculos es la mayoría republicana en el Senado, lo que facilitaría la aprobación de sus políticas y decisiones clave. Con un Senado a su favor, Trump tendrá mayor libertad para implementar su agenda y enfrentar a un Congreso que podría estar dividido.
El Partido Republicano consiguió además mayor control territorial al lograr nuevas gobernaciones. Triunfó en Vermont, New Hampshire, Virginia Occidental, Indiana, Misuri, Utah, Dakota del Norte y Montana. En total son 27 los republicanos que comandarán los destinos de la mayoría de los estados norteamericanos.
(Fuente CNN, Infobae y El País)