Más de 60.000 estudiantes universitarios y secundarios, acompañados de padres y profesores, volvieron a recorrer hoy las calles de Santiago en vísperas de que se cumpla mañana el plazo que dieron al Gobierno para que acceda a sus peticiones de una mejor educación
Protesta masiva en Chile
Según Carabineros (Policía militarizada), unas 60.000 personas acudieron a esta marcha, mientras que el alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, rebajó esa cifra a 40.000 y la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Camila Vallejo, la elevó a 100.000.
Los manifestantes se congregaron hacia las 10.00 hora local (14.00 GMT) en la Universidad de Santiago, en la zona poniente de la Alameda, la principal arteria capitalina, y marcharon en un ambiente festivo y pacífico por varias calles situadas al sur de esa avenida.
Una hora después, y tras recorrer unas 35 cuadras, la cabecera de la manifestación llegó al Parque Almagro, a unas seis cuadradas del Palacio de La Moneda (sede de Gobierno), donde grupos de encapuchados protagonizaron los primeros incidentes.
El Gobierno y los estudiantes consensuaron ayer este recorrido tras la negativa de las autoridades a permitir una nueva marcha desde Plaza Italia por la Alameda hasta llegar frente a La Moneda, tal como querían los jóvenes y como ya habían hecho los días 16 y 30 de junio y el 14 de julio.
El Ejecutivo prohibió dos manifestaciones convocadas el pasado jueves en esa misma avenida, pero ese día los estudiantes desafiaron la restricción y la Policía los reprimió. Tras una violenta jornada, hubo 874 detenidos en todo el país.
La pasada noche se volvieron a producir algunos disturbios en nueve puntos distribuidos en tres comunas (municipios) de la ciudad, y se detuvo a seis menores de edad que estaban instalando barricadas.
Ya en la mañana de este martes se registraron altercados en otros tres puntos, aunque no hubo detenidos, según explicó hoy en Radio Cooperativa la intendenta (gobernadora) de la Región Metropolitana, Cecilia Pérez.
Para las 21.00 hora local de hoy (01.00 GMT del miércoles) se han convocado nuevos «cacerolazos», una forma de protestar que los chilenos idearon durante la dictadura (1973-1990), que sonaron el pasado jueves y se repitieron viernes y sábado.
Los jóvenes comenzaron estas movilizaciones a mediados de mayo para exigir que el Gobierno central vuelva a administrar la educación primaria y secundaria, que se prohíba a las instituciones privadas lucrarse con la educación y que se garantice en la Constitución el derecho a una educación pública, gratuita y de calidad.
La semana pasada, el ministro chileno de Educación, Felipe Bulnes, propuso 21 medidas para frenar las movilizaciones, pero éstas fueron rechazadas por los dirigentes, que le dieron de plazo hasta este miércoles para que «recapacite» y acepte las demandas esgrimidas por el movimiento estudiantil.
Cortesía: ADN.ES