La aeronave, en la que viajaba un equipo de televisión y un conocido presentador, transportaba ayuda para los afectados por el terremoto de 2010 en el archipiélago de Juan Fernández. – El ministro de Defensa anuncia que no hay supervivientes
El ministro de Defensa de Chile, Andrés Allamand, ha anunciado que las 21 personas que viajaban en el avión de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) que cayó al mar el viernes en Chile «murieron instantáneamente».
Con esta declaración termina la espera en la que vivía el país, en el que las muestras de solidaridad y esperanza seguían multiplicándose desde que se publicó que el vuelo había desaparecido en las inmediaciones del archipiélago Juan Fernández, a unos 670 kilómetros de la costa chilena, cargado de ayuda humanitaria para su reconstrucción después del terremoto de febrero de 2010.
«Es imposible que haya supervivientes», ya había señalado ayer por la tarde el alcalde de Juan Fernández, Leopoldo González. La dureza del impacto ha quedado de relieve después del descubrimiento de los primeros cadáveres. Hasta ahora se desconocen las razones del accidente. De los cuerpos rescatados, ninguno llevaba chalecos salvavidas, lo que indica que antes de caer al océano Pacífico los pasajeros no habrían alcanzado a realizar ningún tipo de evacuación de emergencia.
La tragedia ha causado una especial conmoción en los chilenos, ya que entre los viajeros se encontraba un equipo de cuatro reporteros de la televisión pública (www.tvn.cl) y el popular presentador Felipe Camiroaga. Además de los seis miembros de la tripulación, había dos trabajadores del Gobierno, dos funcionarios de la Fuerza Aérea y seis colaboradores de la organización Desafío Levantemos Chile, cuyo objetivo es ayudar a reconstruir el país tras el tras el terremoto del 27 de febrero de 2010.
Entre los desaparecidos también se encuentra el empresario Felipe Cubillos, cuñado del ministro de Defensa, Andrés Allamand. Horas después de la tragedia, el propio Presidente de la República, Sebastián Piñera, comenzó a preparar a los chilenos para el peor de los escenarios: no encontrar ningún superviviente en las frías aguas del mar.
Los vecinos de las islas realizaron esfuerzos particulares durante toda la jornada para ayudar en la búsqueda. «Vamos a estar hasta agotar las últimas fuerzas», señalaba el lugarteniente Willy Martínez. De hecho, un pescador artesanal que navegaba en su bote fue quien encontró ayer el primer cuerpo en las cercanías de isla Pinilo.
Tras intentar aterrizar dos veces con malas condiciones meteorológicas y fuertes vientos, el último contacto visual y por radio con la aeronave fue a las 17.48 horas del viernes (las 23.48 en España). Según ha confirmado el capitán de navío Otto Mrugalski, hasta ahora se ha encontrado una puerta del avión modelo CASA 212. Fue hallada en el mar, a 2.000 metros al este de la pista de aterrizaje de la isla Robinson Crusoe, donde hay una profundidad de 54 metros.
El Gobierno y las Fuerzas Armadas habían organizado un gran operativo de rescate por cielo, mar y tierra con cerca de 540 especialistas en terreno.
Cortesía: El País