Perú evalúa los riesgos de un posible tsunami de distintas magnitudes, mediante un moderno sistema de simulación digital, que utiliza tecnología similar a la aplicada en Japón, con el fin de estar mejor preparados para enfrentar un desastre esa naturaleza.
Esta moderna forma de hacer una evaluación de los daños de los fenómenos naturales por computadora se inició en el Perú para llegar a resultados que se acerquen a la realidad y se estima que en diciembre se tendrán los resultados de los primeros estudios en Lima y Callao.
Erick Mas Samanez, especialista en ingeniería de tsunami y gestión de riesgo de desastre, explicó que la simulación numérica de propagación del tsunami de forma digital es una técnica que emplea desde los años 90 el país asiático, debido a su alto nivel sísmico.
Mas, junto al reconocido sismólogo Julio Kuroiwa, en coordinación con la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y la Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra, iniciaron los trabajos bajo este sistema que contempla un estudio integral de la costa peruana.
Comentó que para julio del próximo año quedará listo el estudio completo, detalló en entrevista concedida al diario Oficial El Peruano.
«Japón es uno de los países mejor preparados para enfrentar un sismo de gran intensidad y tsunami. La lección aprendida del último terremoto es que si bien se pudo reducir los riesgos, debemos estar mejorar preparados porque no se puede predecir la furia de la naturaleza».
Saludó que se dé atención a la seguridad ciudadana, pero no hay que descuidar el trabajo de Defensa Civil y la responsabilidad que tienen las autoridades locales y regionales en el tema de prevención ante un fenómeno impredecible como un sismo intenso que genere un tsunami.
Por la simulación digital, los cálculos a mano, utilizando cartas batimétricas (de profundidad), se convierten en tsunamis reales en la computadora, lo que permite conocer –sin apasionamientos– el límite de la inundación y los daños que ocasionan estos eventos.
«De esa manera, se complementan acciones de prevención y previsión, señalizando calles, zonas de refugio, almacenes de auxilio, entre otros», sostuvo el estudioso.
Un análisis estructural computarizado que permite realizar una evaluación de los edificios que se encuentran cerca del mar será el siguiente paso una vez que se tenga el estudio. Este tema será asumido por John Condori, ingeniero civil con maestría en la UNI.
En este nuevo producto, considerado en Japón como parte de una evaluación integral de riesgos por tsunami, se prepara una propuesta de diseño de edificios estructurales resistentes a terremotos y tsunami.
Las edificaciones que pasan la prueba son calificadas para zonas de refugio (evacuación vertical).
Ante una ocurrencia, la población sabe que debe ganar altura y el sitio ideal para evacuar es un edificio.
La simulación se valida con eventos pasados, como el ocurrido en Chile, que permitió hacer un cálculo más real y confiable de los potenciales daños. El estudio en marcha permitirá aportar al programa de defensa civil que tiene actualmente el gobierno regional del Callao.
El especialista recordó que hay un «silencio sísmico» que supera los 30 años, en relación con el terremoto de 1974, y de más de 300 años si lo relacionamos con el movimiento ocurrido en 1746.
Cortesía: Andina