Muchos pobladores llamaron indignados por los bares clandestinos en Tacna, que prácticamente son un panal de maleantes amenazantes contra la población. Tras varias llamadas telefónicas a Radio Uno, se supo de la ubicación de estas cantinas de mal vivir.
Varios de estos bares obtuvieron licencia para funcionar como restaurantes, pero terminarían siendo bares, cantinas, focos infecciosos del crimen: borrachos peleando y ladrones al acecho, principalmente.
El profesor César Málaga denunció que en la intersección de la avenida Jorge Basadre con la Salida a Tarata (cerca a La Cachina) han diariamente ladrones, que en su mayoría vienen o se esconden en algunas cantinas zonales. Málaga exigió mayor presencia policial y que las autoridades tomen cartas en el asunto, ya que con ello podría darse un sólido golpe a la gran ola delincuencial cernida en Tacna.
Un vecino destacó que, en un bar del sector del Alto de la Alianza, hay constantemente policías rondando, por lo que los delincuentes ya no asistirían a dicho lugar. “Los criminales ya no se esconden en esa cantina luego de robar, porque saben que siempre hay policías cerca”, celebró el vecino del sector de La Cachina.
“Es casi normal que los maleantes que salen de estos bares, entre la avenida Jorge Basadre y la calle Melgar, roben o agredan a muchas personas, incluso a escolares”, contó una vecina del Alto de la Alianza.
Otra vecina llamó indignada, informando que frente al colegio Mariscal Cáceres hay bares clandestinos que estarían poniendo en peligro la integridad de los escolares que al salir del colegio pueden ser atacados por los malvivientes que se emborrachan en esos bares.
En la calle Pumacahua, de Para Grande, hay 4 bares en dos esquinas de los que salen muchos borrachos, a pelearse, robar y orinar en plena vía pública. El mismo vecino de Para Grande aseguró que estas cantinas funcionan incluso en pleno día, hasta muy altas horas de la noche y que sus clientes ebrios dejan preservativos en el piso como evidencia de sus actos de madrugada. “Y los policías no hacen nada más que pasar”, criticó.
En la intersección de las avenidas Industrial y Basadre y Forero, hay una cantina (casa de color anaranjado) a la asisten maleantes que van en carros. “Se creen dueños de la pista y de todo. A partir de las 7 de la noche ya no se puede transitar. Una vez me robaron. Esos sujetos dejan la calle orinada, con botellas tiradas en la calle, vómitos, entre otras cosas”, expresó la vecina.
Piden operativos policiales
Así como hay constantes operativos de tránsito, los vecinos pidieron que haya constancia en los operativos contra las cantinas a las que mayormente acuden los criminales para intercambiar maneras de cómo delinquir y planear robos, asaltos, atracos, entre otros. Algunos bares pueden llamarse escuela del crimen.