La renuncia del ministro brasileño de Deportes marcó este miércoles la quinta baja en el gabinete de la presidenta Dilma Rousseff por acusaciones de corrupción y abrió nuevas dudas sobre cómo el país organizará el próximo Mundial de Fútbol en menos de tres años.
Orlando Silva anunció su dimisión tras haber sido acusado de participar de un esquema ilegal y recibir millones de dólares a cambio de contratos para promover el deporte entre jóvenes pobres.
Silva, del Partido Comunista de Brasil, rechaza las acusaciones y niega que haya «pruebas concretas» en su contra. «Decidí salir del gobierno para poder defender mi honra», declaró después de reunirse personalmente con Rousseff.
El ministro renunciante era el hombre del gobierno a cargo de supervisar los preparativos de Brasil para acoger el Mundial de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
Las denuncias contra Silva carecen de relación directa con ambos eventos, pero su dimisión surge justo cuando muchos se preguntan si Brasil concluirá a tiempo las obras prometidas para recibir la mayor fiesta del fútbol.
«Esas obras están absolutamente atrasadas», dijo Carlos Vainer, profesor de planeamiento urbano y regional de la Universidad Federal de Río de Janeiro, en diálogo con BBC Mundo.
Paralelamente, el jefe de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y presidente del comité organizador del Mundial 2014, Ricardo Teixeira, está siendo investigado por la policía por presunto lavado de dinero.
Bajo sospecha
Cuando Brasil fue elegido para hospedar la Copa 2014, muchos vieron eso como una oportunidad para que el país muestre su mejor cara al planeta, en momentos de pujanza económica y renovado orgullo nacional.
Sin embargo, las dudas de que eso ocurra efectivamente parecen aumentar.
Existen temores de que los costos de organización, cuya cifra exacta aún es una incógnita para los brasileños, se multipliquen debido a los retrasos en obras y lo que algunos ven como falta de transparencia.
En los últimos 12 días, el clima de denuncias de corrupción y faltas éticas que desde junio costaron el cargo a cinco ministros de Rousseff se instaló definitivamente en el área de Deportes que dirigía Silva.
Y el escepticismo también parece crecer.
Vainer dijo creer que el retraso las obras del Mundial tienen «un atraso programado, porque (en razón de eso) comenzaron a ser hechos contratos al margen de la ley brasileña para acelerar las obras».
«Si todo ocurre como viene ocurriendo en Brasil, dentro de una semana volverá todo al mismo orden o desorden que impera en las operaciones asociadas a la Copa del Mundo», sostuvo Vainer, que coordina un equipo de investigación sobre el impacto de los megaeventos deportivos en la sociedad.
Claudio Abramo, director ejecutivo de la organización no gubernamental Transparencia Brasil, dijo que «la Copa del Mundo es un área que preocupa a mucha gente por causa de la vulnerabilidad».
«No sería sorpresa si ocurren casos de corrupción pesados en las obras de la Copa del Mundo», agregó Abramo en diálogo con BBC Mundo.
El factor Teixeira
Abramo descartó también que se puedan esperar «buenas cosas» de un Mundial de Fútbol organizado por Teixeira.
El jefe de la CBF es investigado por la policía brasileña para establecer si lavó y transfirió ilegalmente dinero a Brasil.
Este mismo miércoles, Andrew Jennings, periodista de la BBC y autor del libro «Juego sucio: el mundo secreto de la FIFA», entregó al Senado brasileño documentos sobre presuntos sobornos por US$60 millones a Teixeira y su exsuegro y expresidente de la FIFA, Joao Havelange.
Una investigación de Jennings basada en documentos de la justicia suiza indicó que los sobornos provinieron de la empresa de marketing deportivo ISL en los años ’90 para conseguir derechos de transmisión y patrocinio de campeonatos de fútbol.
También concluyó que la justicia suiza alcanzó un acuerdo con Teixeira y Havelange para que devuelvan parte del dinero en donaciones a instituciones de caridad, a cambio de mantener sus nombres en el anonimato.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, prometió la semana pasada que a partir de diciembre divulgará los documentos relacionados con este caso.
La Cámara de Diputados brasileña anunció la semana pasada que fiscalizará los gastos del comité organizador del Mundial 2014 que preside Teixeira.
La FIFA y el gobierno de Rousseff han exhibido diferencias sobre aspectos relacionados con la próxima Copa del Mundo, como la protección de marcas anunciantes y la venta de entradas con descuentos a personas de edad y estudiantes.
Esto ha generado comentarios de legisladores y políticos brasileños, incluido el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, sobre la importancia de que la FIFA respete la «soberanía» del país.
La elección del próximo ministro brasileño de Deportes, que se espera sea del Partido Comunista, puede ser importante para definir si el país va a alcanzar un acuerdo con la FIFA o si las tensiones continuarán en aumento.
Cortesía: BBC.