Pocas cosas más difíciles de leer para los no iniciados en la jerga de las leyes que una sentencia de una corte. A no ser que el texto esquive la aridez técnica propia de lo legal y venga presentado en verso.
Es lo que hizo recientemente al resolver un pleito el juez español Alvaro Gaspar Pardo, de Tenerife, en las Islas Canarias, a quien sus inclinaciones por la poesía podría haberlo metido en problemas con la justicia.
La Inspeción del Consejo del Poder Judicial de Canarias abrió una investigación al juez por redactar una sentencia en verso, algo que consideran que representa un «agravio personal de un juez contra un ciudadano».
Sin embargo, poco después decidió archivarla. Según el diario El País, el Consejo se limitó a «no compartir» la forma en que está redactada la sentencia.
El magistrado Gaspar Pardo, es reincidente en eso de transformar su escritos jurídicos en obras poéticas y ya le trajo problemas en el pasado.
«Tinieblas del corazón»
La decisión se produjo después de que María Teresa Cabo, directora de una agencia de azafatas de vuelo de Santa Cruz de Tenerife, fuera condenada a indemnizar a una de las alumnas del centro con US$7.300, porque ésta consideraba que la academia había incumplido sus expectativas laborales.
Cuál fue la sorpresa de la directora al descubrir que la sentencia estaba profusamente decorada con rimas.
El documento incluía fragmentos como «Tinieblas del corazón. La resolución de la litis (litigio) empieza por el final. ¿Por qué asistió la Sra. Cabo Vizo al juicio si no se había pedido su interrogatorio? Porque le dolía, le duele el corazón. Acaso, ojalá contribuya la presente a derivar tal dolor hacia el bolsillo».
«Me sentí agraviada», dijo Cabo a BBC Mundo, «para mí no fue afortunado ni el contenido ni las formas. Sentí que ese juez atentaba contra mi persona, cuando ese juicio era contra una sociedad a la que yo formo parte».
«Esto no se puede permitir, me parece una falta de respeto que atentó contra mi imagen. Me quejé porque del mismo modo que me lo ha hecho a mí lo puede hacer a cualquier ciudadano», añadió.
Reincidente
«Si el fallo es bello además de justo el derecho sale ganando«
Álvaro Gaspar Pardo, juez.
No es la primera vez que el juez despierta resquemores por dar rienda suelta a sus dotes poéticas, ya en 1999 tuvo problemas al finiquitar un trámite de separación a base de versos.
La sentencia arrancaba diciendo: «Procede acceder a la separación que imploran tanto el Sr.Triana, al que no le da la gana de soportar la tensión, como la Sra. Sarmiento que no sufriendo escarmiento, tras su primer tropezón, persiste en el mismo tono, y aduciendo el abandono, suplica solución».
En el juicio la esposa pedía al marido un aumento en la asignación mensual para la hija de ambos. El incremento fue denegado con frases tipo «bien reza el refranero que pidiendo de sobrado por salir con lo mediado, se puede perder entero, y ante el vicio de pedir es virtud la de no dar».
El juez fue sancionado por una falta «leve» y condenado a pagar en aquel entonces 50.000 de las antiguas pesetas (US$410).
En aquella ocasión Gaspar Pardo se defendió diciendo que «si el fallo es bello, además de justo, el derecho sale ganando».
Cortesía: BBC.