El anuncio de que tras la aprobación de un nuevo paquete de reformas de austeridad, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, dimitará no ha servido para calmar a los mercados.
El interés de los bonos de deuda pública italiana a diez años alcanzaron este martes la psicológica barrera del 7%.
Ese nivel marca un máximo histórico desde que se fundo el euro y sobrepasa lo que se considera el listón a partir del cual hay que acudir a un rescate externo –algo que por el tamaño de la economía italiana los analistas coinciden que no es viable-.
El martes, una repentina subida de la bolsa y una momentánea bajada de los tipos fueron explicadas por los analistas por los rumores de la inminente dimisión de Il Cavaliere. Su desmentido, sirvió para explicar el retorno de Italia a la senda negativa.
De este modo, para muchos, la conclusión lógica era que los mercados no creían en Berlusconi porque había sido demasiado lento a la hora de poner en marcha las políticas de austeridad y los recortes.
Ahora el líder de Forza Italia y rico magnate de las comunicaciones dice que se va, pero que antes aprobará un nuevo paquete de rebajas del gasto público. Sin embargo, lo que se esperaba fuera un bálsamo, no está teniendo ningún efecto. ¿Por qué?
¿Qué quieren los mercados?
«Los mercados son grandes empresas, bancos y fondos de inversión que cuando mueven su dinero siempre van buscando la máxima rentabilidad», le dijo a BBC Mundo el economista español Alberto Garzón, coautor del libro «Hay Alternativas» junto a los catedráticos Juan Torres López y Vicenç Navarro.
«Los mercados se dan cuenta de que la receta es errónea (…). Y lo anticipan, no por haber estudiado macroeconomía, sino por el precedente de Grecia«
Alberto Garzón, economista
Según Garzón, estos mercados, que lo que buscan es rentabilidad, no creen en Italia, fundamentalmente porque el ejemplo griego hace que tengan bien presente lo equivocadas, a su juicio, que están las políticas de recortes.
«Los mercados se dan cuenta de que la receta es errónea, saben que estos recortes van a empeorar el crecimiento económico y con eso los ingresos derivados de los impuestos. El Estado tendrá menos capacidad para devolver la deuda. Y lo anticipan, no por haber estudiado macroeconomía, sino por el precedente de Grecia», comenta.
La economía griega ha tenido que ser rescatada ya en dos ocasiones.
A pesar de haber emprendido las reformas y recortes exigidos por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), tras el primer paquete de rescate, un año después, volvió a verse en un punto en el que no podía afrontar sus deudas.
Como consecuencia, acudió a un segundo rescate. Y la UE y el FMI le exigieron más recortes.
«El mercado lo único que exige es más rentabilidad y garantías de que se le va a devolver el dinero. Eso es un hecho. Lo de los recortes es una interpretación política», agrega Garzón.
«Para quienes lo creen así, los recortes son la vía de garantizar la devolución, pero la práctica está demostrando que no es así. Otros teóricos sostienen que la vía para devolver el dinero a los acreedores estatales es la actividad económica y para eso los recortes son la peor estrategia. Lo mejor es un plan de inversión para recuperar la actividad y que el Estado vuelva a ingresar, entonces los mercados tendrán más confianza».
Según el economista, esa alternativa pasa por que «el Banco Central Europeao reconsidere toda su estrategia, emita eurobonos y comience a financiar a los países para que pongan en marcha esos planes de inversión».
«Además, los estados tienen margen de maniobra, pueden recuperar los ingresos perdidos con todas las reformas fiscales de las últimas décadas, que han permitido que las grandes fortunas y las grandes empresas hayan dejado de ingresar a las arcas públicas».
Sin embargo, no es eso lo que opinan otros economistas.
La propia directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), la francesa Christine Lagarde, quien dijo desde Pekín que las reformas que está emprendiendo Grecia son pasos «en la dirección correcta».
En la misma línea, el analista económico Pedro Melguizo asegura que «el problema es que no hay opción» y con los altos niveles de endeudamiento de la Eurozona «el ajuste se hace vía recortes».
«Muy preocupante»
Olli Rehn, comisario de Economía de la Comisión Europea (Ejecutivo de la UE), calificó de «muy preocupante» la situación de las cuentas públicas italianas, cuyo deuda ronda el 120% del Producto Interno Bruto.
Los intereses que deben pagar los bonos italianos a diez años (7%) son incluso más altos en el caso de los a uno o dos años. El bono a un año supera el 8%.
Esto es, los grandes operadores de los mercados de deuda pública consideran que es menos probable que Italia pague sus deudas inmediatas que las de largo plazo.
«Nadie quiere prestarle dinero a un país que va a usar ese dinero para pagar los intereses de préstamos anteriores. Esto es tirar dinero bueno al malo«
Robert Peston, BBC
No en vano, en 2012 vencen bonos italianos por casi US$490.000 millones.
«Nadie quiere prestarle dinero a un país que va a usar ese dinero para pagar los intereses de préstamos anteriores. Esto es tirar dinero bueno al malo», comenta el editor de Negocios de la BBC, Robert Peston.
Para Peston, la falta de reacción en los mercados ante los anuncios de Berlusconi se explica por la poca confianza que tienen en el país.
«Cuando la tasa de interés implícito sube hasta ese nivel, los inversores saben que un país con grandes deudas no puede permitirse devolver lo que debe», afirma.
Y como señala Peston, «el problema es que no hay suficiente en las cuentas del Fondo Europeo de Estabilización Financiera, donde quedan unos US$380.000 millones de los iniciales US$600.000 millones».
Cortesía: BBC en español.