Madrid – El Gobierno del Partido Popular, por medio de los ministerios de Asuntos Exteriores y Cultura, ha ofrecido a Mario Vargas Llosa la presidencia del Instituto Cervantes. En estos momentos, el Premio Nobel sopesa la proposición, que de ser aceptada por su parte conllevaría algunos retoques indispensables en el organigrama del Instituto que vela por la promoción exterior de la lengua y de la cultura española.
Nobel Mario Vargas Llosa
En la actualidad, la máxima autoridad de la institución es el director, que en adelante seguiría siendo un cargo ejecutivo, pero bajo la supervisión y directrices del presidente.
En el caso de que el autor de ‘La fiesta del chivo’ aceptara esta oferta, su perfil sería de un gran peso institucional y también simbólico: una figura cercana a lo que podría ser una especie de gran embajador del español en el mundo desde el punto lingüístico y cultural. El innegable aura de prestigio que rodea a Vargas Llosa -no solo en lo estrictamente literario, sino también como referente cultural y, más allá de eso, como dueño de una privilegiada agenda política gracias a sus relaciones con mandatarios de todo el mundo- constituye el argumento definitivo para que el Gobierno vea en él el candidato ideal.
La propuesta lanzada desde el Gobierno a Vargas Llosa viene a certificar el prioritario peso que el gobierno de Mariano Rajoy quiere otorgar al Cervantes, dentro de una ambiciosa estrategia de acción cultural exterior.
El consenso entre Exteriores y Cultura con vistas a sentar a Vargas Llosa en la presidencia de la institución es total. Tanto en el ministerio de Educación, Cultura y Deporte de José Ignacio Wert como en el de Exteriores que preside José Manuel García-Margallo pretenden que el Instituto sea el auténtico buque insignia de una política muy centrada en el valor del idioma, desde un punto de vista tanto cultural como de fuerza económica. Recientemente, tal y como informó EL PAÍS la pasada semana, ha habido intentos de hacerse con el control del Instituto Cervantes por parte de Cultura, a lo que Exteriores respondió con un airado y decidido ‘no’. Ahora, las diferencias parecen haber quedado aparcadas: todo sea por tener a Vargas Llosa al frente de una entidad que el PP quiere convertir en piedra angular de su política cultural.
Cuando José María Aznar fue presidente del Gobierno ya ofreció a Mario Vargas Llosa que se hiciera cargo del Cervantes. En aquella ocasión el escritor rechazó la propuesta. De aceptar ahora, el nombramiento pasaría al Consejo de Ministros del viernes.
Cortesía: El País