Ha pasado un año, y Tahrir vuelve a llenarse para recordar a sus víctimas, celebrar los logros de la revolución del 25 de enero y pedir a la junta militar que abandone el poder. Decenas de miles de egipcios abarrotan este miércoles este epicentro revolucionario en un ambiente que ha sido eminentemente festivo por la mañana, pero que se ha ido tornando más reivindicativo a medida que han ido terminando de llegar las decenas de marchas convocadas en distintos puntos de El Cairo, que convergen en la plaza Tahrir.
Decenas de egipcios se han vuelto a reunir en la plaza Tahrir en el aniversario de la revolución
La gigantesca rotonda se ha convertido en un mar de banderas egipcias, y música patriótica de artistas revolucionarios suena por los diferentes altavoces colocados en la plaza. Familias enteras pasean entre la muchedumbre, y aprovechan para tomar un tentempié entre los muchos tenderetes de boniatos asados, té, salchichas, palomitas e incluso crêpes que se han instalado en la plaza para dar sustento a tantas almas. «Hemos traído a los niños porque hoy es un día muy importante, para que vean lo que podemos conseguir los egipcios», explica Mohamed, un padre de larga barba que lleva a su hija pequeña a hombros.
Desde primera hora de la mañana, la presencia islamista ha sido muy importante en Tahrir, especialmente de partidarios de formaciones salafistas como Al Nur o de los Hermanos Musulmanes, que han instalado escenarios en la plaza para dirigirse a sus seguidores y recordar a las víctimas. Familiares de los «mártires» -como los egipcios llaman a los caídos durante la revolución-, han ido tomando sucesivamente el micrófono y han recordado entre lágrimas a sus hijos o hermanos fallecidos durante aquellos 18 días que cambiaron la historia de Egipto.
«Nuestra felicidad no es completa»
Voluntarios de la Hermandad ya acudieron anoche a la plaza Tahrir para comenzar los preparativos de las celebraciones. Esta mañana, habían organizado cadenas humanas en todas las entradas de la plaza para controlar su seguridad e impedir la entrada de armas o alborotadores. Como ya ocurrió durante la revolución y en las principales manifestaciones que se han producido desde entonces, grupos de voluntarios cachean a conciencia a las personas que entran en la plaza, y registran bolsos y mochilas. La seguridad se ha reforzado también en las calles de los alrededores, donde hay aparcadas decenas de furgones de la Policía y cientos de agentes antidisturbios, preparados para actuar en caso de que hubiera problemas.
«Hoy tenemos muchas cosas que celebrar, aunque nuestra felicidad no es completa», asegura a este diario Umm Aisa, una votante del Partido Libertad y Justicia, el brazo político de los Hermanos Musulmanes, que ha ganado cerca del 47% de los escaños en las elecciones legislativas. «Tenemos que dar gracias por este Parlamento, en el que hemos puesto muchas esperanzas, pero aún no somos completamente libres, la junta militar sigue sometiendo al pueblo», sostiene la mujer, que toma con su teléfono móvil fotos de las imágenes de los «mártires», que inundan la plaza Tahrir.
Pero no todos tienen planeado celebrar el día de hoy. Decenas de agrupaciones de jóvenes revolucionarios como el 6 de Abril y algunos partidos políticos, aseguran que las principales reivindicaciones de la revolución no se han conseguido, y que hoy no hay nada que celebrar. El 6 de Abril, de hecho, tiene pensado acampar en la plaza al menos hasta el próximo viernes para mantener la presión sobre la junta militar, de la que piden su retirada de inmediato de la escena política.
Marchas multitudinarias
Estas formaciones han convocado multitudinarias marchas que han salido a media mañana de distintos puntos de la capital egipcia. A esta hora, miles de personas caminan hacia Tahrir entre gritos de «¡Abajo con el mariscal!», en referencia a Mohamed Hussein Tantaui, jefe de la junta militar, y «¡la revolución vuelve a la plaza!». En una de ellas ha llegado Amro Musa, el que fuera secretario general de la Liga Árabe, y el candidato presidencial que, posiblemente, tiene más posibilidades de hacerse con la jefatura del Estado en las próximas elecciones. Una vez en la plaza, Musa se ha puesto del lado de los revolucionarios y ha gritado «¡la revolución continúa y no será vencida!», para más jolgorio de sus seguidores.
Mohamed el Baradei, exsecretario general del Organismo Internacional de la Energía Atómica y premio Nobel de la Paz también se ha unido a otra de las marchas. El Baradei retiró su candidatura a la presidencia egipcia recientemente, con un durísimo comunicado en el que aseguraba que el antiguo régimen aún no ha caído en Egipto, donde la junta militar ha acabado por restringir aún más las libertades del pueblo.
Cortesía:ABC.es