Con el ingreso de la policía montada, esta mañana los uniformados dieron inicio a la orden de desalojo de los invasores de Monterreal. Mientras un grupo de pobladores quemaban innumerables llantas, una densa humareda se formaba en la zona. Otro grupo de familias recogieron sus cosas ante el inminente desalojo y decidieron retirarse pacíficamente. Mientras que otros invasores hacen llamado para que balones de gas persistan al frontis de las viviendas.
Policía montada inició recorrido para invocar desalojo pacífico. Un grupo de familias recogieron pertenencias y se retiraron, otros se resisten a dejar predios
Pese a los anuncios de resistencia que lanzaron los cientos de invasores de la zona de Monterreal, esta mañana familias enteras decidieron abandonar los predios que ocupaban, en forma pacífica y sin contratiempos, luego que la policía hiciera su ingreso primero a bordo de caballos y luego con porta tropas.
Ante el inminente desalojo, decenas de pobladores decidieron solicitar la presencia de camiones para cargar sus pertenencias y lograr salir del lugar, ilesos. El otro grupo de invasores que mantenían sus balones de gas al frontis de sus casas, comenzaron a proveerse de palos y otras herramientas, aunque sus familias también comenzaban a cargar sus artefactos y otros enseres para evitar perderlas en caso de un enfrentamiento con la policía.
En medio de las lágrimas por dejar predios que ocupaban hace más de ocho años y en donde habían construido sus hogares, madres de familia de la mano de sus pequeños hijos no hicieron sino recoger las esteras que hacían de techos y los triplays que funcionaban como paredes. Mientras cargaban los pocos enseres que lograron juntar en estos años, las mujeres pidieron que se les otorgue un terreno donde puedan ser reubicados, aunque sostenían que esos terrenos sí les pertenecían.
Una imagen panorámica de la zona, daba cuenta de una lamentable salida en que jóvenes, madres y niños cargaban sus pertenencias, luego de ser sorprendidos y engañados por ambiciosos dirigentes que les prometieron legalizar los predios a cambio de algunos soles. La policía instó pacíficamente a desalojar la zona y no tuvo que recurrir a la violencia para hacer valer la orden judicial que disponía el desalojo.
