Indignación y malestar ha causado en vecinos de la Asoc. Vista Alegre el cierre de calles y el escándalo ocasionado por los alferados de la Cruz ‘Señor de Pentecostés’. No sólo colocaron un estrado obstruyendo el tránsito en las vías, sino que desde el sábado el lugar se ha convertido en una letrina pública, con olores nauseabundos. Lugareños no pudieron dormir desde hace tres días, a causa de intenso sonido de parlantes por autorización municipal que dio permiso a alferados.
Vecinos no duermen desde el sábado en que los alferados decidieron cerrar las calles amparados en un permiso municipal
Basura, olores nauseabundos y letrinas públicas, son apenas algunos de los efectos ocasionados por el cierre de calles para la celebración de una festividad de las Cruces en el distrito Gregorio Albarracín. Fueron los vecinos de la Asoc Vista Alegre los que, cansados de la intensa bulla y los escándalos ocasionados en su jurisdicción, los que lanzaron la alerta a través de RADIO UNO.
Según narraron los indignados vecinos de la calle Abraham Valdelomar, los festejos de los alferados de la Cruz “Señor de Pentecostés”, iniciaron el último sábado, cuando los organizadores instalaron el estrado que cerraba la calle principal y colocaron tres kioscos de venta de cerveza para abastecer a los asistentes del infaltable alcohol. El argumento de los protagonistas de esta fiesta, fue que el municipio distrital les había dado autorización para cerrar la vía y fue así que dieron inicio a la pagana fiesta.
Al finalizar el sábado, los vecinos indignados por la bulla de toda la noche, pensaron que todo el festejo ya había culminado, sorpresa causó cuando en horas de la noche del domingo, nuevamente inició la bulla y el malestar e indignación de los lugareños que esta vez salieron de sus inmuebles, dispuestos a impedir nuevamente el escándalo. Sin embargo los alferados Bertha Condori de Segales y Pedro Segales, hicieron caso omiso al reclamo asegurando que tenían la autorización municipal respectiva.
Cuando reporteros de RADIO UNO arribaron a la zona, constataron que el estrado se había convertido en una letrina pública, donde se había empozado orines con cerveza y emanaban olores nauseabundos. En tanto, las puertas de los vecinos se habían convertido en un basural, no sólo donde se había depositado platos descartables y botellas de cerveza, sino además vómitos de personas ebrias.
La incomodad de los vecinos se origina debido a que los alferados pudieron haber pedido autorización para hacer su fiesta en un campo deportivo que quedaba en un descampado, pero eligieron las calles sin tomar en cuenta que los parlantes daban a las ventanas de las viviendas, ocasionando que al menos en dicha vía, ni niños ni adultos pudieran dormir durante tres días.
Los lugareños también denunciaron que pese a que llamaron en varias oportunidades a personal de serenazgo de la municipalidad y a policías, ni unos ni otros pudieron ordenar la apertura de vías ni que se acabe la fiesta.