«No existe verdadera transformación sin una educación en valores. El desarrollo social, espiritual, económico y humano, reclama una conversión del corazón, una honestidad, un compromiso serio para cumplir nuestros deberes y no solamente exigir nuestros derechos?» fue parte de la homilía que estuvo a cargo de Monseñor Marco Antonio Cortéz Lara, en la misa Te Deum por los 191 años de independencia del Perú.
Monseñor Marco Antonio Cortéz Lara, tomó el consejo de Pablo para dar su homilía ante las autoridades que se apersonaron con motivo del 191 aniversario patrio. El se preguntó si los programas políticos, tienen esa fuerza de transformar las sociedades desde fuera; “Si en la cuota del cambio renuncian a los intereses personales. Exigimos que el Gobierno de turno no dé de esto y lo otro, sin dar a cambio nada, me permito decir que eso es simplemente una utopía, no existe verdadera transformación sin una educación en valores. El desarrollo social, espiritual, económico y humano, reclama una conversión del corazón, una honestidad, un compromiso serio para cumplir nuestros deberes y no solamente exigir nuestros derechos…”, señaló.
El dijo que es fácil desestabilizar, pero es mucho más difícil, dejar de lado las teorías, para respetar la autoridad legítimamente constituida, “Por eso queridos hermanos, me permito decir con fuerza, lo que el Perú necesita hoy y ahora son peruanos y peruanas virtuosos para transformar esta sociedad. El relativismo ético, deteriora las raíces de un país”.
Al también llamó a las autoridades a que trabajen que manera continua y a largo plazo y no por lo contrario de forma inmediata y mediática.
“En necesario crear un ambiente de reconciliación nacional de paz y de verdad, pues la paz es una herencia y no es una parcela para un partido político o para un caudillista que dice que tiene la verdad, y que todo le tienen que obedecer, no nos olvidemos que el progreso y el crecimiento sostenido, se encuentra en la continuidad y no en los mesianismos de turno, ya que el protagonismo y el inmediatismo mediático es el mayor enemigo de un desarrollo social…”.