Hoy se cumple 43 años de la catástrofe registrada el 31 de mayo de 1970 en Yungay-Anchash cuando un terremoto de 7,9 grados sepulto y borro del mapa las casas y sueños de más de 80 mil pobladores ya que el tremendo remezón provocó un alud que trajo el deslizamiento de rocas y gigantescos pedazos de hielo que bajaban a una velocidad de 200 kilómetros por hora desde el nevado Huascarán, llevándose innumerables vidas consigo.
Un desastre que enluto al país entero. (Yungay- Ancash)
Fue un 31 de mayo de 1970, cuando el Perú tenía sus ojos y emociones en el partido de fútbol que la selección peruana disputaba contra Bulgaria en el Mundial México 70. Sin embargó, un severo terremoto de 8 grados de magnitud rompería la tranquilidad del pueblo de Yungay.
Por efectos del fuerte movimiento, rocas y gigantescos pedazos de hielo se desprendieron desde el nevado del Huascarán a una velocidad de 200 kilómetros por hora, llevándose consigo innumerables vidas y casi desapareciendo del mapa el poblado entero.
En menos de un minuto solo sobrevivieron 300 personas, unas cuantas edificaciones y cuatro palmeras de la Plaza de Armas como mudos testigos del peor desastre natural en Sudamérica.
Sólo se salvaron quienes corrieron hacia el estadio y el cementerio de la ciudad, una antigua fortaleza pre inca. También salvaron sus vidas los niños que asistieron a un circo llamado Verolina. Todos esos lugares eran los únicos puntos más seguros de la ciudad desaparecida.
La tragedia motivó la solidaridad de diversos países y Huaraz recibió el nombre de «Capital de la Amistad Internacional». Dos años después de la tragedia, en 1972 se creó el Sistema de Defensa Civil que posteriormente se convirtió en el actual Sistema Nacional de Defensa Civil.
Han pasado 43 años y solo queda la huella imborrable de la tragedia. Diversas actividades se realizan año a año, como romerías y colocación de arreglos florales en el cementerio general de Huaraz.
Hoy no sería la excepción ya que en Huaraz, capital de la región Áncash, se realizó una ceremonia destinada a recordar aquella tragedia.
El acto se realizó en el Parque de la Confraternidad Internacional y contó con la participación de la embajadora de Cuba, Juana Martínez Gonzales y de las autoridades de la región y de la provincia huaracina.
En el lugar las banderas de Cuba, Argentina, Bolivia, Chile, Brasil, España y Rusia, quienes ayudaron en la reconstrucción de esta parte del país, flameaban a media asta en memoria de los miles de fallecidos, heridos y desaparecidos tras el movimiento telúrico y aluvión que sepultó la ciudad de Yungay.
En la ciudad de Yungay se realizó una romería al Campo Santo, donde asistieron autoridades y familiares que recordaron esta penosa tragedia que enlutó a miles de ancashinos. Asimismo, se izó junto al pabellón nacional, las banderas de los países que se solidarizaron con los sobrevivientes de la tragedia.