Al menos 12 personas han muerto, más de 60 han resultado heridas y 15 siguen desaparecidas tras una explosión de gas en un edificio de viviendas de Rosario, la tercera ciudad más poblada de Argentina. Los investigadores están analizando si la causa de la explosión, que afectó a otros edificios vecinos, fue un escape de gas o del estallido de una caldera. Los bomberos ya han apagado el incendio pero siguen rescatando a personas que permanecen atrapadas en los edificios dañados, que corren riesgo de derrumbe.
Los investigadores analizan si la causa del siniestro fue un escape o el estallido de una caldera
El siniestro se produjo a las nueve y media de la mañana (hora de Argentina) en la calle Salta del centro de Rosario. El estruendo se escuchó a cuatro kilómetros a la redonda. A los pocos minutos llegaron al lugar equipos de bomberos, ambulancias y la alcaldesa rosarina, la socialista Mónica Fein, que pidió a los ciudadanos que se mantengan alejados de la zona para no entorpecer las tareas de rescate. Las imágenes de la calle Salta han recordado a las de ciudades bombardeadas, con edificios en escombros y escaparates rotos.
En las próximas horas se conocerá más información sobre las víctimas o sobre el origen y los posibles responsables del siniestro. Un gasista y su ayudante, que estaban trabajando en el edificio, han sido arrestados. La empresa prestadora del servicio de distribución de gas en Rosario es Litoral Gas, propiedad de la francesa Suez-Tractebel y la argentina Tecpetrol, del grupo Techint. La semana pasada, el Senado de la provincia de Santa Fe, donde se encuentra Rosario, aprobó un proyecto de ley para crear una empresa estatal que no reemplace a Litoral Gas sino que abastezca al 6,5% de la población provincial que aún carece de gas natural.
El próximo domingo se celebran elecciones legislativas primarias y obligatorias en Argentina, incluida la socialista Santa Fe, tercer distrito más poblado, donde se enfrenta el candidato del partido gobernante, Hermes Binner, frente al kirchnerista Jorge Obeid y al conservador Miguel del Sel.
Fuente: El Pais