La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya, recibió el Premio Nobel de la Paz 2013 «por su extenso trabajo para eliminar las armas químicas», según anunció el Comité Nobel en Oslo.
El director de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), Ahmet Üzümcü. (Foto: Internet)
La organización galardonada está actualmente en el primer plano de la actualidad internacional debido a la misión que encabezan sus expertos en Siria, donde se ha iniciado ya el proceso de destrucción de los arsenales químicos, de acuerdo al reporte de Deutsche Welle.
La OPAQ es la encargada de hacer cumplir la Convención sobre las Armas Químicas, que busca la destrucción de todos los arsenales de este tipo en los países firmantes. Hasta ahora tiene 189 miembros, a los que el lunes próximo se sumará Siria.
La organización fue creada en 1997 para reforzar la Convención de Armas Químicas de ese mismo año, y cuenta con un presupuesto anual inferior a 100 millones de dólares.
Tampoco dispone de personal suficiente para desempeñar sus tareas en Siria sin un aporte adicional de recursos.
En consecuencia, la obtención del Nobel de la Paz, dotado con 1,25 millones de dólares, de seguro no le vendrá mal, aunque sin duda se requerirá bastante más apoyo material.
Pero el premio sobre todo supone un espaldarazo político a su labor en Siria, de por sí en extremo compleja y arriesgada ya que la guerra civil continúa causando estragos en el país.
La emisora noruega NRK había adelantado la noticia de que recibiría el Premio Nobel de la Paz poco antes del anuncio oficial. El año pasado, la emisora también había informado antes del anuncio oficial que el ganador sería la Unión Europea, lo que finalmente se confirmó.