Policías fueron los más perjudicados durante taller informativo que desarrollaron minera Southern y Ministerio de Energía y Minas en centro poblado El Arenal. Manifestantes encapuchados intentaron quemar local y lanzaron piedras.
Ataque. Efectivos policiales de las comisarías de Mollendo recibieron los impactos de piedras de los manifestantes. No tenían casco de protección.
La violencia desatada por un grupo de manifestantes durante el taller informativo sobre el proyecto Tía María de la minera Southern, dejó a 10 policías heridos y varias personas afectadas por los gases lacrimógenos que se lanzaron para repeler a los revoltosos.
Todo ocurrió en el auditorio improvisado en el centro poblado El Arenal, en el distrito Deán Valdivia – Islay, donde cerca de 500 personas de diferentes zonas del valle de Tambo llegaron a escuchar los alcances del proyecto minero que hace dos años quedó paralizado por una protesta que dejó tres personas muertas.
El taller se inició pasadas las 18.00 horas. A los pocos minutos, un grupo de manifestantes empezó a golpear la puerta acusando que las personas que participaban del taller no eran de la zona.
IMPRUDENCIA
Mientras la violencia crecía, los integrantes de la mesa: Alberto Díaz, representante del Ministerio de Energía y Minas; y José Vargas, gerente del proyecto minero, continuaban su exposición como si nada sucediera.
Varios manifestantes encapuchados, que decían ser agricultores, empezaron a ponerse violentos y querían agredir a los miembros de seguridad que contrató Southern y a los policías.
José Vargas parecía no escuchar las arengas de los manifestantes y seguía exponiendo rápidamente el proyecto. Los asistentes al taller, cada vez más asustados, empezaron a replegarse a la parte delantera del local. Algunas mujeres lloraban.
Pero Vargas pedía aplausos para el proyecto. «No les demos el gusto de interrumpir el taller», decía mientras ordenaba pasar las diapositivas que apenas se entendían.
A las 18.49 horas, una bola de fuego que lanzaron desde la calle cayó encima del toldo de tela del auditorio. Los pobladores entraron en pánico, pero el representante de la mina exclamó: «¡No caeremos en el boicot!»
Adentro, los bomberos lograron apagar las llamas y el taller continuó. Minutos después comenzaron a entrar policías heridos. «Fueron a matarnos», exclamaba uno de ellos con la cabeza rota. Sus otros nueve compañeros también sangraban.
La exposición seguía mientras los policías lanzaban bombas lacrimógenas. Al mismo tiempo, algunos participantes preguntaban los beneficios del proyecto con toda tranquilidad.
Todo acabó a las 19.44 horas. El representante de la mina firmó el acta junto al personal del MEM. Para Alberto Díaz y José Vargas, la actividad fue exitosa.
En las afueras del local, el fiscal de Mollendo, César Salas, advertía a los manifestantes que los acusaría por el delito de entorpecimiento de vías públicas, daños a la propiedad privada y lesiones graves.
A pesar que el taller acabó, los revoltosos seguían arengando y no dejaban salir del local a los asistentes, que terminaron escapando por las chacras de la parte de atrás después de firmar su asistencia.
A los periodistas tampoco los dejaban salir y tuvieron que ser resguardados por la policía.
Todo indica que Southern tendrá nuevos problemas en su afán de reiniciar Tía María.
(La República)