La milenaria hoja de coca y compañera de la historia y hazañas de las principales culturas precolombinas y símbolo de las culturas quechua aimaras, fue declarada como patrimonio cultural de la región de Puno
El gobierno regional de Puno, presidido por Hernán Fuentes, acordó gestionar la suspensión de la erradicación forzosa y biológica de la planta en esa zona altiplánica del país, al considerar que esa medida constituye un "genocidio".
La ordenanza regional que solicitará al Gobierno Central la despenalización de la hoja de coca, lo que implica el retiro de Perú de la Convención de Viena, suscrita en 1961,
Un aproximado de 250 mil agricultores cocaleros se oponen a la erradicación de la hoja de coca y exigen al gobierno un cambio de política antidroga pero el Ejecutivo insiste en eliminar la planta, usada por el narcotráfico como materia prima para la elaboración de cocaína.
El gobierno regional de Puno acordó promover la industrialización de la planta con fines alimenticios y medicinales, generando un valor agregado al producto y quitando el estigma que sataniza esta milenaria hoja.
Hernán Fuentes declaró, de interés regional el cultivo del arbusto de la hoja de coca, para lo que se espera implementar políticas de revaloración del producto como recurso natural y patrimonial de Puno.
Perú tiene más de 50 mil hectáreas de coca, de las cuales sólo una décima parte se destina al uso tradicional, industrial o medicinal, por lo que las autoridades sostienen que gran parte de la producción de la planta se dirige al narcotráfico internacional por lo que se estima que aun hay mucho que trabajar en el tema de la hoja de coca y la lucha frontal contra el narcotráfico.