El internacionalista Miguel Rodríguez Mackay, señaló que las primeras declaraciones hechas por la cancillería peruana respecto a la respuesta de Chile sobre el caso de espionaje, deja en evidencia que el vecino país no reconoce que haya existido tal situación.
Miguel Ángel Rodríguez Mackay, internacionalista.
Para el internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay, la respuesta de Chile a la nota de protesta peruana por el caso de espionaje pone en evidencia que el vecino país no reconoce que haya existido tal situación.
Y es que sostuvo que las declaraciones que dio el canciller peruano, Gonzalo Gutiérrez, indicando que la nota será analizada con detalle para ver cuáles son las medidas posteriores que adoptarán, deja claro que las autoridades chilenas no dieron una respuesta satisfactoria y por el contrario mantienen su posición negando que «existan indicios ni nada asociado a espionajes y menos que hayan pagado a 3 suboficiales marinos peruanos».
«Chile una vez más ningunea al Perú y nos está meciendo como lo ha hecho en el caso (del suboficial de la FAP Víctor) Ariza y como lo ha hecho en la historia de las complejidades de una relación bilateral donde Chile es el que ha impactado en su inconducta al realizar los actos de espionaje entonces estamos entrando en un momento de mucha tensión diplomática y de hipersensibilidad porque el presidente lo llevó al más alto nivel, incluso dijo esto no se va a quedar así, pregunto entonces ¿si esto no se va a quedar así, que es lo que sigue?», dijo.
Agregó que al no recibir una explicación satisfactoria el Perú debería primero tomar la decisión de mantener un encargado de negocios en forma permanente, y en segundo lugar «deberíamos evaluar la suspensión de algún mecanismo bilateral con Chile».
«Esto no tiene porque asustarnos, los mecanismos bilaterales sobre todo en el ámbito diplomático son una práctica de la desazón de un estado frente a otro por la ofensa cometida y creo que en ese sentido debemos reiterar nuestro firme deseo de que la cancillería, el estado peruano y la política exterior del presidente Ollanta Humala se mantengan como corresponde con la seriedad, la coherencia, la madurez pero sobre todo la firmeza que requiere un momento como este, para no dejarnos pisotear una vez más ni ningunear por una diplomacia chilena», acotó.