Ernesto Cabello parece ser, en estos días, el encargado de hacer que, por primera vez, los peruanos acudan a romper las taquillas de los cines para ver un trabajo de este género.
El proyecto de la película ganó 2 premios del Ministerio de Cultura.
La hija de Ernesto Cabello nació solo seis meses antes de que él empiece el proyecto de “La hija de la laguna”, un documental que muestra el conflicto de la minería, el oro y las comunidades enCajamarca, donde se planeaba ejecutar el proyecto Conga. Su esposa y él recibieron cuatro pares de aretes de oro como regalo para la nueva integrante de la familia. En la actualidad, la hija de Ernesto no usa aretes de oro ni tiene perforaciones en los lóbulos. Decidieron que no era necesario. Esa decisión inició el proceso de producción ejecutiva del documental que ha batido récord de vistas en las redes tan solo con su tráiler: más de 5 millones de reproducciones.
Cuando sucedieron las movilizaciones de Conga, el equipo de Cabello no estaba filmando, pero ver las fotografías de la laguna rodeada de policías despertó la curiosidad de saber qué estaba pasando realmente ahí.
GRABANDO
Cuando Cabello se dio cuenta del problema y de que quería hacer un documental sobre eso, surgió su primera pregunta: ¿cómo contar una historia de protesta sin que haya un líder vociferante incitando desde los gritos a una reacción de la comunidad? No quería que su documental sea un lugar común. El mayor desafío fue lograr que el documental muestre exactamente lo que pasaba en la zona, pero sin ser una mirada que responda a la agresividad de la situación.“Estamos hablando de un conflicto que lleva cinco personas muertas”, dice Cabello.
Desde la mirada de Nélida Ayay, una mujer andina que considera la laguna como su madre –su madre agua–, el documental muestra la lucha de esta mujer para no ser despojada de su propiedad,enfrentándose a una de las mineras más poderosas del continente. Para grabar y lograr este film, el equipo de Cabello tuvo que subir en auto a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar, sortear tranqueras que la minera ha puesto en la zona y, cuando no podían sortearlas, dejar el auto y seguir a pie haciendo cinco horas de caminata con sus equipos al hombro. La curiosidad y la necesidad de presentar lo que pasa lejos de nuestros ojos es el mayor impulso que tuvo este cineasta que muestra su aro de compromiso sin un solo detalle dorado en él.
(Perú21)