El presidente de EE.UU. se emocionó al recordar a los menores muertos en tiroteos, durante un acto en la Casa Blanca acompañado de familiares de víctimas de la violencia
Obama llora al presentar una histórica orden para controlar las armas de fuego
Barack Obama en estado puro: una selecta audiencia y una oratoria brillante. Pese a retornar de sus vacaciones navideñas hace sólo tres días, el presidente había preparado a conciencia la presentación de sus medidas para un mayor control de las armas de fuego, uno de los grandes retos de su mandato. Y eligió una puesta en escena imbatible. La necesitaba para apurar la legalidad con medidas ejecutivas que desafían al mismo Congreso que las rechazó hace algo más de dos años. Rodeado de familiares de las víctimas de los numerosos tiroteos mortales que ha sufrido el país los últimos años, Obama se empleó a fondo para convencer a los norteamericanos de la necesidad de tomar medidas para reducir los asesinatos masivos con armas de fuego. Tanto, que llegó a llorar cuando recordaba a «los niños muertos» entre tanta violencia sin sentido. Y desgranó el contenido de su orden ejecutiva, que se centrará en la obligatoriedad de licencias federales para todos los vendedores y en la revisión de su historial, para lo cual reforzará el número y la dedicación de los agentes federales, así como los recursos tecnológicos.
Al presidente de Estados Unidos le precedió, y le presentó, Mark Barden, padre de Daniel, uno de los veinte niños que fueron tiroteados hasta la muerte en la escuela infantil de Sandy Hook, en Newton (Connecticut), en diciembre de 2012. Desde entonces, Barden se ha convertido en un decidido activista en favor del control de las armas de fuego. En su introducción, respaldada por decenas de padres y madres que no dejan de pensar cada día en sus hijos fallecidos, Mark Barden agradeció a Obama «que cumpla con la promesa que nos hizo» de limitar el uso y el acceso a las armas, que cada año cuestan la vida a otros 30.000 estadounidenses.
Fuente: ABC