Un lamentable error de papeleo llevó a dos compatriotas peruanos a permanecer siete meses recluidos en un penal de Arica, al ser culpados injustamente de cometer Tráfico Ilícito de Drogas.
La odisea para Segundo Armando Guerra Pari (24) y Walter Gustavo Mamani (18) Mendoza, se inició el pasado seis de enero, cuando fueron detenidos por la policía de Arica, frente al inmueble ubicado en el 2780 de la calle Chapiquiña en dicha ciudad.
Al hacer el registro del vehículo en el que se encontraban los intervenidos, se halló cuatro kilos de una sustancia húmeda y blanquecina, que ante una prueba de coloración dio positivo a la presencia de cocaína.
Sin embargo ayer, se comprobó que todo se trataba de una confusión del Instituto de Salud Pública (ISP). El hecho puntual e la investigación tiene que ver con un intercambio de información de análisis de droga, que fue enviado de Arica a la Serena y viceversa.
Es decir la base de la acusación contra los peruanos, correspondía a una causa que era vista en la cuarta región y que guardaba varias semejanzas con el caso de nuestros compatriotas.
El error fue detectado a pocos minutos de dictarse al sentencia, por el fiscal antidrogas Francisco Ganga Dinamarca, quien lo comunicó a su jefatura regional, al que a su vez puso esto en conocimiento al tribunal encargado de la causa.
Con el conocimiento de este hecho, el jurado determinó de forma unánime dejar en libertad a los peruanos, tras siete meses de encierro en la prisión ariqueña.
Los jueces señalaron que la sustancia incautada no correspondía a Pasta Básica de Cocaína de alta pureza, sino a un fármaco conocido como "fenacitina", mezclado con porciones tan pequeñas de pasta base, que resultaron insuficientes incluso para determinar la cantidad.
Armando Guerra y Walter Gustavo Mamani, abandonaron ayer en horas de la tarde el penal, para reencontrarse con sus familiares, quienes los aguardaban ansiosos en las afueras del penal.
A su salida, ambos señalaron que no tenían conocimiento de lo que se encontraba al interior del vehículo, pues sólo le hacían un favor a un amigo, al trasladar el automóvil hasta esa localidad.