Sin servicio de trenes, metro, autobuses ni vuelos, los organizadores calculan que al menos un millón de trabajadores adherirá a la huelga.
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, afronta este lunes la mayor huelga general de su mandato.
Argentina amaneció hoy con cortes de carreteras en los accesos a las principales ciudades, especialmente la capital federal, Buenos Aires, y sin transporte público, debido a una huelga general convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), principal central sindical del país, en contra de la política económica del presidente Mauricio Macri, quien se enfrenta al mayor paro de estas características desde que asumió el cargo.
La huelga general, que arrancó a las 00:00 horas locales (03:00 GMT), es la tercera de 24 horas contra la política económica del Gobierno de Mauricio Macri y ha sido convocada por la CGT, que agrupa a los principales sindicatos del país.
Otro de los responsables de la CGT, Carlos Acuña, dijo el domingo en declaraciones a una radio local que el Gobierno de Macri «está bloqueando todas las posibilidades hasta de comer», e incluso afirmó que «la gente estaba más aliviada» durante el mandato de la ex presidenta Cristina Fernández, actual senadora del Frente para la Victoria.
Los convocantes exigen cambios en la política económica y rechazan el «brutal ajuste» que, según sostienen, ha impuesto el Fondo Monetario Internacional para hacer efectiva su ayuda financiera, mientras el Ejecutivo considera que los motivos de la protesta son políticos.
«Un paro no soluciona nada, ni va a arreglar el país, es un desahogo de la gente y una expresión para que el Gobierno entienda que las cosas no están bien», agregó Acuña.
Esta huelga viene precedida por una inflación que en el acumulado del año suma el 11,9% hasta mayo y por una devaluación continua del peso argentino frente al dólar estadounidense, que se compra a 26,5 pesos y se vende a 27,5.
Para intentar paliar la situación, el Gobierno de Mauricio Macripidió un crédito al Fondo Monetario Internacional (FMI) que se concretó hace pocos días por el valor de 50.000 millones de dólares, en un país en el que el FMI remite a la gran crisis vivida en la década de 1990 que desembocó en el «Corralito» del 2001, tras varias concesiones de dinero del fondo al país.
Además, durante los últimos meses hubo varias marchas en Argentina para protestar por las subidas en los servicios de luz, agua y gas, denominados «tarifazos» e impulsados por el Gobierno.