Obispo de Tacna y Moquegua oró por los médicos, enfermeras, policías, militares y científicos que hacen frente al virus
(Foto: Radio Uno)
Una Semana Santa inusual. Este domingo se conmemora el Domingo de Ramos, que recuerda la entrada de Jesucristo a Jerusalén, con el que inicia la Semana Santa.
Acatando el confinamiento dispuesto por el gobierno, el obispo de Tacna y Moquegua, Marco Antonio Cortes Lara ofició una misa que fue transmitida por Radio Uno, a través de las redes sociales. Subrayó que es una Semana Santa especial.
“Quizá hacía falta que se cerraran los templos para que se abrieran los corazones de los hijos e hijas de Dios”, manifestó, e hizo hincapié en que la Iglesia está conformada por “piedras vivas”, que son los creyentes.
ORACIÓN
Al mismo tiempo que recordó la entrada de Nuestro Señor Jesucristo a Jerusalén, también oró por los médicos, enfermeras, policías, militares y científicos del Perú que luchan contra el virus en Perú y en el resto del mundo.
“Levántense, queridos hermanos, para vivir una Semana Santa singular y especial. Dios los bendiga”, dijo el obispo de Tacna y Moquegua.
El pastor de Tacna y Moquegua mencionó la necesidad de reflexionar sobre lo que significa la Pascua: el paso de la muerte a la vida.
“Hoy es nuestra Pascua. Es la más hermosa y la más seria, porque estamos despojados de todo”, dijo.
Luego de la misa, opinó que el tiempo del aislamiento social dependerá en gran medida de que la población sea responsable en no salir de casa y contribuir a disminuir el número de contagios.
LECTURAS
En este Domingo de Ramos, la Iglesia tuvo como primera lectura el libro de Isaías 50, 4-7, en que el profeta revela el sufrimiento que padecerá el Mesías; la segunda lectura Salmo 22(21), 8-9.17-18a.19-20.23-24 con el responsorio “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.
La segunda lectura Carta de San Pablo a los Filipenses 2,6-11, donde el apóstol habla sobre el sacrificio de Cristo en la cruz.
Y en el Evangelio según San Mateo 26,14-75.27,1-66 recordamos la Pasión de Cristo desde la Última Cena, la traición de Judas Iscariote, el arresto de Jesús, la comparecencia ante el Sanedrín, la negación de Pedro y la comparecencia ante Poncio Pilato, la coronación con espinas, la crucifixión, el traslado del cuerpo de Cristo al sepulcro y la guardia de los soldados romanos en la puerta del sepulcro.
