Jeffrey Radzinsky, especialista en asuntos públicos, refirió que la llamada que hizo el presidente Francisco Sagasti al escrito Mario Vargas Llosa no puede ser interpretada como una interferencia a un proceso electoral.
Comentó que, un presidente de la República de transición como es Francisco Sagasti que dejará el cargo en un mes y medio, lo que tenía que hacer se resumía en tres puntos: Garantizar que haya un proceso electoral transparente, poner todo el énfasis en enfrentar la pandemia y de alguna manera establecer una agenda mínima para el siguiente gobierno.
«En ese marco, es natural que un presidente de la República converse con personalidades que de alguna manera puedan contribuir a dar un poco de calma en esta situación y realidad tan convulsa».
De tal manera que, «esas conversaciones, en el caso de Mario Vargas Llosa no es con una autoridad sino con una figura que tiene gran repercusión mediática, pero es privada y no debe interpretarse como interferencia».
Si bien, mencionó que con el devenir de las horas el tema perdió fuerza con las declaración de Álvaro Vargas Llosa y falta de causal, no dudó en afirmar que «hubo intencionalidad de algunos políticos de pretender sacar del cargo al presidente y eso me parece cuestiónale y peligroso mas aun en un marco de inestabilidad tan grande como en el que vivimos».