Lo que debería ser la mejor experiencia para una mujer, se convierte en un drama para una niña, que a sus escasos once años lleva en su vientre a un bebé de tres meses y medio de gestación, mientras pide justicia para que se encarcele al hombre que le robo la inocencia.
La menor a quien se bautizó como " Rebeca", para proteger su verdadera identidad, reside desde hace un mes en el Hogar de Madres adolescentes "María Angelica Recharte" y llegó hasta esa institución, de la mano de un sacerdote ileño, quien conmovido por lo que le sucedía, decidió ayudarla.
Según cuenta Rebeca, los hechos se iniciaron el verano pasado cuando ella acudía a sus clases vacacionales en el centro educativo que se encontraba cerca a su vivienda en el sector de la Pampa Inalámbrica en Ilo.
Fue al salir de una de las clases, que conoció a un joven de 18 años, quien se presentó como Raúl Portillo. Poco a poco el indeseable sujeto se ganó la confianza de la menor y en varias oportunidades la acompaño hasta su vivienda. Fue en una de esas ocasiones, aprovechando que no había nadie en el inmueble, cuando desató sus más bajos instintos y le arrebató la inocencia a esta menor.
Después de sucedido el hecho, Rebeca en compañía de su madre acudieron hasta la dependencia policial, donde denunciaron la agresión sin obtener mayores resultados, pues hasta el momento el agresor sigue en libertad. Tras darse cuenta del estado de gestación en el que se encontraba, nuevamente la pequeña junto a su madre acudieron a las autoridades y recibieron como único consejo que la menor aborte al producto de la violación.
Lamentablemente la situación económica por la que atraviesa la familia de la menor, ocasiona que esta permanezca la mayor parte del día sola en casa, por lo cual se tomó la decisión de ponerla bajo el cuidado de las hermanas religiosas.
Lo único que ahora pide Rebeca, es que la justicia actué con celeridad y se de con el responsable de este repudiable hecho.