Un llamado a dejar de lado las quejas, lamentaciones y confrontaciones, hizo el director del Archivo de Tacna, Jesús Gordillo, durante su discurso dado en ceremonia realizada hoy en el centro cívico con motivo de conmemorarse el 28 de julio el Bicentenario de la Independencia del Perú.
Gordillo en su alocución resaltó que es tiempo, «de corregir, de construir, de ser solidarios, justos, democráticos y conciliadores. Es tiempo, de reconocernos en nuestras diferencias, de apostar por la unidad para construir en adelante una nación más fuerte desde esas diversidades culturales y étnicas que somos».
Acotó que, «es tiempo, de ver nuestras diferencias como la gran oportunidad para sumar esfuerzos, voluntades e inteligencias que permita atender y asistir a los compatriotas más necesitados, que se encuentran a lo largo y ancho de nuestra patria andina. Es tiempo, de edificar un Perú con valores, con principios, oportunidades y derechos para todos; sin discriminación, ni violencia, un Perú sin odios, en donde la paz y el amor sean lo esencial y lo prioritario».
Un reto venidero será «el superar todas las adversidades que en estos 200 años de vida republicana han sido una piedra de tropiezo para lograr un desarrollo auténtico y sostenido en el tiempo. Tenemos que mirar al mañana, a un mañana con esperanza, con el mañana que nuestro historiador del Bicentenario, Don Jorge Basadre Grohmann soñaba y anhelaba. Ese es nuestro reto de hoy en adelante», enfatizó.
Previo a estas palabras, el también reconocido arqueólogo y columnista de Radio Uno, compartió con los asistentes pasajes históricos que marcaron el camino a la independencia del dominio colonial español.
Extracto del discurso del arqueólogo, Jesús Gordillo:
Cuando los españoles llegaron al Cusco en 1532, a decir del cronista Pedro Cieza de León, el QOSQO, capital del entonces Imperio de los Inkas, era algo asombroso; la traza urbana de la ciudad capital, sus palacios, edificios administrativos, fortalezas militares, la gran red vial, la organización de la estructura social y económica junto a los privilegios de la casta gobernante, era algo admirable. El Qorikancha, aposento de los gobernantes Inka desde donde se rendía culto al sol y a la luna, tenía un huerto, cuyas plantaciones de maíz, los animales puestos ahí, las coyas y los sirvientes estaba todo representado en tamaño natural, hecho en oro y plata. Este portentoso edificio, fue mandado a construir por el Inca Túpac Yupanqui, hijo del gran Pachacútec, fundador del TAHUANTINSUYO, extendido luego por los territorios de seis países de hoy (Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia y Argentina).
El IMPERIO DE LOS INKAS, es la síntesis de una sociedad milenaria que supo dialogar amigablemente con el mar, los desiertos, los ríos, los valles, las montañas cordilleranas; con la fría puna y con el inmenso manto verde de nuestra rica amazonia. Desde los cazadores de Toquepala y los constructores de sociedades como Caral, Chavín, Sechín, Moche, Nasca, Wari, Chimú, entre otras civilizaciones originarias de nuestros andes, fueron la base sobre la que se construyó la vida colonial y republicana.
El PERÚ de hoy, es la suma de ese largo proceso histórico junto a su diversidad cultural, natural y a sus desigualdades sociales y económicas. Somos, esa NACIÓN que aguarda sea atendida con igualdad, justicia y racionalidad. Somos, un territorio con más de 12 mil años de vida, de esperanzas y de sueños.
Hoy, recordamos y celebramos 200 años de la PROCLAMACIÓN de nuestra INDEPENDENCIA del dominio colonial español, un 28 de julio de 1821, que luego se consolidó definitivamente el 9 de diciembre de 1824 mediante la Capitulación de Ayacucho. Una LIBERTAD, que costó sacrificio y mucha audacia por parte de los movimientos emancipadores gestados desde Tupac Amaru hasta las insurgencias y luchas de Zela, Paillardelle, Calderón de la Barca, Miller, entre otros (hombres y mujeres) que hicieron posible en adelante que las legiones libertarias comandadas por José de San Martín y Simón Bolívar, sellen nuestra INDEPENDECIA. INDEPENDENCIA, que se logró también gracias a la acción heroica de miles de libertarios guerrilleros y montoneros del pueblo; y de mujeres, que contribuyeron con su “astucia, su dinero y hasta con su vida, para que hoy la república sea posible”, tal como lo señala la historiadora Claudia Rosas.
En estos 200 años de vida republicana, que hoy conmemoramos, debemos preguntarnos si como sociedad en su conjunto (gobiernos, autoridades, instituciones y ciudadanía) hemos honrado la memoria de esos PATRIOTAS (hombres y mujeres) que con su sacrificio nos legaron una PATRIA soberana llena de ilusiones, para construir una NACIÓN sólida, justa y democrática. Antes de poner en escrutinio, lo bueno y lo malo que hemos hecho como REPÚBLICA, es nuestro deber primordial REFLEXIONAR si lo andado ha sido lo CORRECTO y si hemos honrado la MEMORIA de quienes nos entregaron, este nuestro AMADO PERÚ.