Mientras la Ministra de la Mujer y Desarrollo Social, Carmen Vildoso Chirinos presentaba su renuncia, el Ejecutivo en la Comisión de Defensa del Congreso, el premier Yehude Simon y la titular del Interior, Mercedes Cabanillas, intentaban dar todo tipo de explicaciones para salvar su responsabilidad por el operativo en Bagua.
Pese a los pedidos de la oposición para que dieran un paso al costado por las 33 muertes, entre policías y nativos, Simon y Cabanillas insistieron en afirmar que fueron los dirigentes indígenas quienes rompieron el diálogo que buscaba alcanzar un acuerdo para evitar los hechos de violencia del pasado viernes.
El único mea culpa, sin renuncia, vino del premier. "Yo me siento culpable de las muertes de los policías", dijo tras indicar que los efectivos del orden habían llevado sus armas de reglamento, pero que no las utilizaron para evitar una tragedia.
Simon culpó directamente a Alberto Pizango, de quien sostuvo que se burló de los acuerdos logrados en la mesa de diálogo en reiteradas ocasiones. "No había voluntad política del señor Pizango", subrayó al comentar que, cuando la solución estaba casi lista, el líder de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) rompía, inexplicablemente, el diálogo.
Por su parte, la ministra del Interior lamentó la falta de equipamiento de la Policía e indicó que realiza gestiones para que el Ejecutivo, a través del Ministerio de Economía y Finanzas, le gire partidas para mantener la operatividad de este cuerpo.
Cabanillas culpó a gestiones anteriores de haber desactivado a la PNP y a las Fuerzas Armadas, de haber retirado las bases militares y de haber dejado al abandono los servicios de Inteligencia. "La Policía ha estado mendicante y pidiendo prestado equipamiento", aseveró.
Sin embargo, pese a los reiterados pedidos de renuncia, ambos ministros coincidieron en señalar que sería irresponsable renunciar al cargo en las actuales circunstancias.
CON INFORMACIÓN DE PERU21