Una madre de familia de 20 años de edad fue víctima de una supuesta psicóloga del Centro Emergencia Mujer (CEM), quien la convenció de una aparente diligencia de la institución a través de una videollamada e hizo que le muestre algunas de sus partes íntimas.
La agraviada señaló que la mañana del lunes recibió una llamada telefónica de una mujer que se identificó como psicóloga del CEM y que el motivo era para ayudar a las víctimas de violencia familiar. Incluso le mencionó acerca de la denuncia que interpuso años antes en la comisaría de la Familia.
Convencida de ser una trabajadora del CEM, la madre de familia respondió a las preguntas de la supuesta psicóloga, que fueron desde el tiempo de relación que mantuvo con su expareja hasta el número de relaciones sexuales que sostuvo con este. Inclusive le exigió respuestas precisas.
La farsa continuó a través de una videollamada. La agraviada se percató que la supuesta psicóloga del CEM cubrió la cámara de su celular con el dedo para no dejarse ver. En cambio, la sospechosa le exigió que le muestre primero su rostro, luego el cuello y después los pechos, para verificar si quedaban rastros de la violencia familiar que sufrió.
La videollamada culminó luego de que la madre de familia se negó a mostrarle su parte vaginal y le pidió continuar con la diligencia de manera presencial en el CEM, debido a la desconfianza de la videollamada. Entonces, la supuesta psicóloga cortó la llamada.
Asustada, la madre de familia pidió auxilio a una de sus familiares con quien devolvió la llamada al número registrado. La llamada la contesto un varón que les dijo que el número es de un celular que pertenece a un locutorio público y que no se trataba del CEM.
La agraviada también hizo la consulta a la línea gratuita 100, del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, donde le indicaron que el CEM no realiza diligencias por videollamada.
Descubierto el engaño, y sospechando que se trataría de su expareja, la agraviada acudió a la comisaría Central, luego a la comisaría de la Familia y finalmente a la Central Operativa de Investigación Criminal, pero en ninguna de estas dependencias le recibieron la denuncia por desconocer qué delito se habría cometido.
La madre de familia teme que las imágenes de la videollamada hayan sido grabadas y que puedan ser utilizadas para someterla a chantaje.