Un fuerte terremoto de magnitud 6,9 en la escala de Richter ha dejado al menos 400 muertos en la provincia occidental china de Qinjhai y ha afectado también a la región autónoma de Tíbet. Las autoridades chinas temen que la cifra aumente en las próximas horas ya que hay más de 10.000 heridos y muchas personas están sepultadas bajo los escombros de los edificios derribados a causa del temblor. En la ciudad de Jiegu, sede del gobierno de la región, el 90% de las casas han quedado destruidas, según Radio China.
La provincia afectada hoy por el fuerte temblor, situada al noroeste del país, es vecina de la de Sichuan, que el 12 de mayo de 2008 sufrió un devastador terremoto que causó unas de 90.000 víctimas entre muertos y desaparecidos.
El terremoto ha desatado el caos y el miedo en las calles de Jiegu, la más afectada. "Vi hundirse el techo de una pagoda (templo budista), y los edificios de varias plantas tienen grietas", ha declarado un directivo de la televisión local, "pero aquí las casas están prácticamente hechas de madera y las paredes de barro". "Muchas personas permanecen enterradas tras el derrumbe de las casas, y hay otras muchas heridas que están siendo atendidas en hospitales locales", dijo Zhuohuaxia, un portavoz del servicio provincial de emergencias de la zona. Según Zhuohuaxia, "en las calles reina el pánico y están atestadas de heridos con hemorragias en la cabeza". "El mayor problema ahora es que no tenemos tiendas de campaña, nos falta equipo médico y medicinas", agregó. Además, las carreteras que conducen al aeropuerto estan dañadas y hay problemas en las comunicaciones.
Réplicas
El seísmo se produjo a las 7.49 hora local, 1.49 hora española, a una profundidad de 10 kilómetros en la región tibetana de Yushu, según el Servicio Geológico de EE UU . Tras el temblor principal, se registraron tres réplicas de 5,2 y 5,3 grados, informa la CNN. La zona, habitada por mayoritariamente por tibetanos, y algunos mongoles y chinos de las etnias hui-musulmanes- y hai-mayoritaria en el país-, fue una de las afectadas por el temblor de mayo de 2008. El oeste de China es sacudido con frecuencia por terremotos, aunque muchos se producen en zonas pocas pobladas.
"Era muy temprano", ha dicho un portavoz del servicio provincial de emergencias, "y la gente estaba en sus casas, pueden ser bastantes víctimas". Dos equipos de rescate ya han sido movilizados a la zona para intentar rescatar a las personas que han quedado atrapadas bajo los escombros de sus casas. Un oficial de la Policía Militar china ha indicado que alumnos de varios colegios de primaria están atrapados y hay falta de medios materiales. Muchos de los damnificados pueden estar sin techo en temperaturas cercanas a los 0º centígrados, incluso menores en los pueblos de las montañas.
Qinghai, donde viven 5,3 millones de peronas, es una zona ligada a la etnia tibetana y utilizada en las épocas del maoísmo para enviar a disidentes y otros enemigos del régimen comunista. Hoy en día es una zona clave en el conflicto entre China y los tibetanos en el exilio, quienes también la reclaman como territorio del Tíbet. La provincia es una de las más pobres de China (su PIB supone menos del 1% del nacional), pero al mismo tiempo reviste una gran importancia estratégica, ya que en ella nacen los tres grandes ríos de Asia Oriental: el Amarillo, el Yangtsé y el Mekong. La zona afectada por el seísmo está situado a 200 kilómetros de la línea férrea de Qinghai-Tíbet, el tren más alto del mundo, una línea de transporte inaugurada en 2006 y que por el momento no se sabe si ha sido afectada.
Terremotos en 2010
China ha sido escenario de uno de seísmos más graves de la historia, con 830.000 muertos en la ciudad de Shaanxi en 1556. En el pasado siglo, el peor fue el de Tanshan, de 8,2 en 1976. Algunas fuentes cifran los fallecidos en 242.000. Otros datos menos optimistas hablan de 700.000.
Este año ha está siendo especialmente trágico debido a los terremotos. A principios de 2010 un fuerte temblor de magnitud 7 dejó más de 15.000 muertos en Haití, el peor desastre de su historia, y en Chile el 27 de febrero un terremoto de magnitud 8,8 dejó 214 muertos.
Cortesía: El País