El primer ministro belga, Ives Leterme, ha presentado hoy al rey la dimisión del Gobierno, después de que los liberales flamencos del Open VLD abandonaran el Ejecutivo. Sin el apoyo de este partido, el Gobierno de los cuatro partidos restantes de la coalición se quedaba con una mayoría muy ajustada de sólo 76 escaños de los 150 de la cámara. Un comunicado emitido por el Palacio Real posterior a la reunión entre Leterme y Alberto II informa de que el rey ha dejado en "suspenso" su decisión sobre la renuncia.
El Gobierno belga, que preside el democristiano flamenco Leterme desde hace cinco meses, dimite al encontrarse en una situación de colapso. El problema es el desequilibrio del Ejecutivo que estaría formado por tres partidos valones (francófonos) y sólo uno flamenco.
Los liberales flamencos anunciaron anoche que se había producido "una ruptura de confianza" en las negociaciones sobre los derechos lingüísticos y políticos de los francófonos en las comunas del polémico distrito Bruselas-Hal-Vilvorde (BHV), que se iniciaron hace casi tres años.
La caída de Gobierno ha sido calificada de "claramente dramática", por Wilfried Martens, ex primer ministro belga y presidente del Partido Popular Europeo (PPE), a la vista de que Bélgica deberá ocupar la presidencia de turno de la UE a partir del próximo julio. La crisis política coincide en un momento en que el país no ha digerido todavía la grave crisis financiera y económica, con una deuda pública que supera el 100% del PIB y un fuerte aumento del desempleo que alcanza el 20% en Bruselas.
El conflicto arranca de la incapacidad de alcanzar un acuerdo sobre el futuro de la circunscripción electoral y judicial bilingüe BHV, que agrupa Bruselas de amplia mayoría francófona y una parte de su periferia situada en Flandes.
Según la legislación vigente desde 1960, más de 100.000 francófonos que viven en 35 comunas de la provincia del Brabante flamenco, pueden votar las listas electorales francófonas y acudir a los tribunales de justicia empleando su propia lengua. En seis de estas comunas en las que la población es mayoritariamente francófona, los ciudadanos pueden ejercitar otros derechos y recibir servicios públicos en francés.
Las negociaciones para intentar alcanzar un acuerdo, dirigidas por el mediador designado por el rey, el ex primer ministro flamenco Jean-Luc Dehaene, terminaron hace dos días sin acuerdo con un informe que los francófobos consideraron "insuficiente".
Cortesía: El País