EL PROBLEMA FUNDAMENTAL DE TACNA Y LA REGIÓN
Efraín choque
El problema fundamental de Tacna y la región estriba en su estructura económica capitalista dependiente, deformada, que le imprime una dinámica y un modelo de desarrollo al servicio del capital extranjero (SPCC, grupos de capitales norteamericanos, chilenos, asiáticos y otros). Tenemos una economía subsidiaria al servicio de esos capitales y de empresas multinacionales, donde el aporte de nuestra economía natural es casi nulo, tenemos un mercado interno larvario. El último gobierno regional aprista no tuvo la capacidad para generar una propuesta programática de carácter estratégico para revertir o utilizar el modelo económico a favor de los intereses de la economía regional. Predominó como siempre en ese grupo su vocación por el dispendio de los recursos fiscales para beneficio personal, su afán corruptor, la compra de conciencias, el confundir el gobierno con el partido, y su renuencia al aprendizaje y a las enseñanzas de la historia. Pasará a la historia como un grupo administrador de la crisis sin mayor imaginación.
Al problema económico fundamental de Tacna y la región, hay que añadirle ahora un problema crucial: el del deterioro ecológico y medioambiental. Estamos, junto a Moquegua y Arica, en una zona planetaria de mayor riesgo y peligro por el adelgazamiento de la capa de ozono. Los responsables de ello son las empresas imperialistas de origen americano, europeo y sus Estados protectores, y es a ellos a quienes debemos exigir la resarción o indemnización inmediata. Lo mismo sucede con el agudo problema de desertificación por el agotamiento del agua dulce en la región. Ya no más inversión para la hidroeléctrica de Chintari con dineros del pueblo para el usufructo de energía eléctrica con un solo beneficiario: SPCC. Que discurra el agua para la agricultura y los proyectos pendientes como el llamado Estrella que puede beneficiar a miles de agricultores de Locumba, Ilabaya, Cambaya, Borogueña y Candarave. Estos lineamientos deben incorporarse junto a la defensa y la intangibilidad del valle y áreas verdes de la región, más la lucha por un verdadero PLAN TACNA para el desarrollo fronterizo con dos Estados colindantes, que surja desde las bases de nuestro pueblo, donde nadie sea excluido, y se incluya además los problemas cotidianos locales, tan mentados cada 28 de agosto.
Estos problemas coyunturales -y solo algunos estratégicos-, que sirvieron para la oferta electoral de algunos políticos tradicionales de siempre, son los siguientes: 1. La deuda histórica del Perú con Tacna. 2. La falta de carreteras estratégicas, puertos, y otras obras físicas, 3. El relanzamiento de ZOFRATACNA o ZOTAC 4. El problema del agua y la agricultura que requieren una atención prioritaria, 5.El problema del turismo; y los propios de cada circunscripción de la región. En síntesis, se trata de una relación incompleta de algunos problemas parciales y que reflejan la fragmentación de los intereses de los sectores que los sustentan. También, el reclamo de cada 28 de agosto, refleja su falta de sentido estratégico, se trata en lo fundamental de problemas coyunturales, por eso dice el ciudadano corriente:"son los problemas de siempre".
Quizá después del retorno al Perú, Tacna no tuvo siquiera un atisbo a la solución de sus principales problemas coyunturales, sino cuando se aprobó la Ley Tacna, presentada en aquel entonces por la representación aprista, durante el gobierno de Bustamente y Rivero, pero luego sobrevino el golpe de Estado y anuló todo el atisbo de mejora de Tacna. Pero, como lo señalamos anteriormente, en la base de estos problemas coyunturales y cotidianos está el problema fundamental de Tacna y la región: su estructura económica capitalista dependiente, deformada, al servicio de un modelo de desarrollo de igual signo que genera mayor atraso, subdesarrollo, descapitalización, hambre, miseria, desempleo, corrupción, deseducación, alineación y destrucción de nuestra identidad y cultura.
Por ello, desde una perspectiva socialista, a nivel regional, se debe pugnar por la conquista de un gobierno regional de veras democrático, descentralizado y autónomo que haga partícipe de sus decisiones a las provincias, distritos, centros poblados, comunidades, y al conjunto de la sociedad civil y a todas las fuerzas sociales y políticas de nuestro pueblo trabajador. Sostenemos que un gobierno de este tipo debe plantear el establecimiento de un modelo de desarrollo regional acorde a los intereses mayoritarios de la población, la consolidación de una auténtica política integral fronteriza y declare en emergencia la defensa de nuestros recursos naturales estratégicos.
Las actuales condiciones de vida no cambiarán sino se cambian las relaciones sociales de producción, y ello requiere del cambio social, que permita el cambio sustancial y cualitativo de las relaciones de producción capitalistas, del modelo de desarrollo, de la estructura del Estado, que reproduce injustas relaciones sociales, políticas, educativas, morales, éticas y culturales.
En ese contexto, resulta urgente la construcción de un Proyecto Político Nacional y Regional de Izquierda, impulsando las tareas históricas nacionales y regionales, a partir de una reflexión y balance serio y profundo de su propuesta programática y las formas organizativas y de acción, en la lucha por la democratización de la sociedad nacional y regional, así como en la estructuración de un nuevo referente orgánico y político.