El Gobierno de Francia criticó al Parlamento Europeo por haber condenado la política de expulsión de gitanos rumanos y búlgaros de su territorio, y sostuvo que ese pronunciamiento crítico no es vinculante.
El secretario francés de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, dijo que el Parlamento Europeo "está perdiendo credibilidad", mientras que el ministro de Inmigración, Eric Besson, dijo que si bien el pronunciamiento de Bruselas es fuerte, carece de carácter vinculante.
El Parlamento Europeo había aprobado el jueves último una resolución que pedía al gobierno de Nicolás Sarkozy, así como a otros estados europeos, suspender inmediatamente las expulsiones de los gitanos.
No obstante, Besson dijo que el pronunciamiento fue una ""baja operación política conducida en un primer tiempo principalmente por diputados europeos de izquierda, socialistas y verdes, que otra vez quisieron poner a Francia bajo acusación".
El Gobierno de Francia aprobó la expulsión de gitanos romanos y búlgaros por considerarlos responsables de los problemas de seguridad existentes en Francia.
Desde la aprobación de esta política se calcula que al menos 1,000 gitanos han sido detenidos, subidos a un avión y expulsados de Francia. Además, varios campamentos de gitanos nómadas han sido desmantelados.
Esta política ha sido duramente cuestionada, no solo por el Parlamento Europeo sino también por diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos y ciudadanos, quienes han calificado de abuso las deportaciones.
Asimismo, estas organizaciones han manifestado su preocupación por lo que han denominado un peligroso giro del gobierno francés hacia políticas xenófobas y racistas.
Cortesía: Andina
