Gerardo Espíndola, alcalde de Arica (Chile), advirtió que la línea de la Concordia -zona entre Arica y Tacna- puede convertirse dentro de poco en “un campamento de refugiados similar a cuando sale la gente de una guerra” luego que Perú adoptara la decisión de también militarizar su frontera ante migrantes que buscan seguir ruta en condición de ilegales.
Para la autoridad, una solución sería “hacer un corredor humanitario de aquí a Venezuela, que todos los países se pongan de acuerdo. Que hayan buses y caravanas que tomen a estar personas migrantes que se quieran devolver a Venezuela”, dijo.
“Por ejemplo, que sea una caravana escoltada por la policía chilena y la deja en la frontera, se la entrega a la policía peruana. Y la policía peruana la deja en la frontera, se la entrega a la ecuatoriana, a la de Colombia hasta llegar a Venezuela”, explicó.
Si bien admitió que “muchos de ellos su destino no necesariamente es Venezuela, quieren ir a Estados Unidos, u otra parte”, pero “como son ciudadanos venezolanos los dejamos en Venezuela y ahí tendrán que iniciar lo que quieran, pero en el fono es cómo descomprimimos las fronteras y cómo sacamos finalmente esta situación”.
Se ha dicho que Venezuela no quiere recibir a su gente. Ante ello, Espíndola aseveró que no es tanto así. “Lo que está pasando con Venezuela es que más que (rechazar) los vuelos humanitarios son con las deportaciones (…) y ahí hemos tenido no una buena recepción de Venezuela” por ello insistió en decir que una alternativa es un “corredor terrestre” que puede ser financiado por organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas.