Luego de ser liberado en su hábitat andina, en los alrededores del Área de Conservación Regional Vilacota Maure el sábado 3, el puma Oliver ha recorrido un promedio de 30 kilómetros llegando a territorio chileno, indicó el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) en base al monitoreo satelital que vienen realizando del felino gracias a un radio collar que le colocaron tras gestiones por tesis doctoral con las ONG Pro Carnívoros y Bios Perú.
«El día de ayer en la noche se ha recibido el reporte y se encuentra en la parte chilena muy cerca a la frontera con Perú (…) ahora en este momento el puma se encuentra en territorio chileno«, indicó el administrador técnico de la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) Moquegua – Tacna, Christian Riveros, a la vez de mencionar que la ubicación exacta no será precisada para evitar que sea presa de cazadores.
«Es un rastreo satelital mundial y cada hora envía un pulso satelital y va permitiendo hacer el sondeo. Más o menos ha recorrido desde sábado hasta la noche, son 30 kilómetros más o menos, y vemos que ha pasado por un bofedal, posiblemente se ha alimentado de algún animal del bofedal que no es un bofedal alpaquero sino donde van vicuñas, y también a tomar agua seguramente», agregó.
Explicó que el rastreo lo realiza Pro Carnívoros y Bios Perú con asistencia de especialistas del Serfor, lo que permitirá registrar información importante sobre el comportamiento de la especie puma concocolor en la zona andina. El collar se desabrochará de manera automática al llegar la batería al fin de su vida útil en 6 meses.
El puma andino bautizado como ‘Oliver’ fue hallado en una vivienda y almacén de aceitunas cercano al aeropuerto de Tacna, el pasado 18 de mayo. Y tras 16 días de haber estado en evaluaciones constantes fue liberado en una zona silvestre, ubicada a 4800 metros sobre el nivel del mar.
Tres hipótesis maneja Serfor sobre la presencia de este puma en zona urbana: «ha bajado por la quebrada Cauñani siguiendo libres silvestres, hay un camino inca que llega hasta Viñani, y de ahí ha pasado por Valle 200 alimentándose de perritos porque en las primeras fecas que hemos analizado había pelos de perro, la segunda, que haya bajado por las granjas de aves que están en Viñani y haya llegando a zona urbana y la que tiene menos probabilidades es que personas inescrupulosas han querido tenerlo de mascota y se les haya escapado», acotó el administrador técnico Riveros.