Miles de personas se van congregando a esta hora en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, frente a la Casa Rosada, para rendir homenaje al ex presidente argentino Néstor Kirchner, fallecido ayer por un infarto masivo. Flores, carteles con mensajes de ánimo y cariño para la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y banderas argentinas, inundan desde hace horas las inmediaciones de la residencia oficial, donde tendrá lugar el velatorio, a partir de las 15.00 hora peninsular española (13.00 GMT), en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos. A la ceremonia acuden los presidentes Hugo Chávez (Venezuela), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Rafael Correa (Ecuador), Fernando Lugo (Paraguay), José Mujica (Uruguay) y Sebastián Piñera (Chile), Evo Morales (Bolivia) y Juan Manuel Santos (Colombia). Será la primera vez que una capilla ardiente de estas características se celebre en el palacio presidencial ya que hasta se desarrollaban en la sede del Congreso.
El Gobierno argentino ha decretado tres días de duelo nacional. El funeral de Estado tendrá lugar mañana en la localidad patagónica de Río Gallegos , en el sur del país, donde Kirchner nació en 1950 y donde desarrolló la mayor parte de su carrera política.
Argentina se dispone así al ex presidente Kirchner en medio de la conmoción que ha provocado su fallecimiento. El féretro con los restos del ex presidente llegó a Buenos Aires esta madrugada en avión (1.50 hora local, 6.50 hora peninsular española) desde la sureña villa de El Calafate, donde falleció. En el avión también viajaban Cristina Fernández y su hijo mayor, Máximo. Florencia, la hija menor del matrimonio, viaja a la capital argentina en las próximas horas desde Nueva York, donde estudia cine .
Futuro político incierto
La muerte de Kirchner ha sembrado de dudas el futuro político argentino, donde su figura tenía una gran influencia. La oposición en pleno ha ofrecido su apoyo a la presidenta para que se sienta con fuerzas para seguir ejerciendo su función institucional y cumpla su mandato que termina en 2011. La gran incógnita es si Cristina Fernández optará a la reelección y si la muerte de su marido destará una lucha por el poder en el seno del peronismo, en el Néstor Kirchner ejercía un férreo control.
El movimiento ya estaba muy dividido entre los llamados oficialistas o kirchneristas y los federales, muy críticos con el matrimonio. La muerte de Kirchner, que gobernó Argentina desde 2003 a 2007 y en el momento de su muerte era presidente del Partido Justicialista, puede suponer la muerte también del movimiento kirchnerista, que ocupa el poder desde 2003 y que ha sido el responsable de la considerable recuperación económica y social del país tras la debacle de 2001. De hecho, desde el último incidente coronario de Néstor Kirchner, en septiembre pasado, muchos peronistas habían empezado a hablar como posible sucesor de Daniel Scioli, gobernador de la poderosa provincia de Buenos Aires, y hasta ahora mismo amigo de la pareja Kirchner.
Además de su influencia en el peronismo, el ex presidente argentino contaba con un fuerte respaldo entre los sectores populares de la población gracias a su política económica que propició la recuperación de Argentina tras la terrible crisis que sembró el caos en el país hace 10 años. Mucho de estos sectores han protagonizado los homenajes organizados en las últimas horas por todo el país y no está claro que presten a Cristina Fernández la misma fidelidad que demostraron con Néstor Kirchner.
Varios expertos argentinos analizan la situación creada en el país tras la muerte de Kirchner y el futuro que le espera al peronismo. Como Jorge Lanata, que se pregunta en el diario La Nación si el kirchnerismo logrará sobrevivir sin su inspirador y cómo afrontará Cristina Fernández lo que le resta de mandato hasta las presidenciales del año que viene: "¿Cristina necesita ayuda? Habrá varios dispuestos a darle el abrazo del oso. ¿Sobre quién sostener el Gobierno más allá de sí misma?", plantea el periodista.
Cortesía: El País