Una joven mujer de iniciales P. M. G. (27) fue atacada por dos sujetos en la puerta de su casa la madrugada del 27 de agosto. La sorprendieron por la espalda cuando buscaba su llave para abrir la puerta, la ahorcaron, la golpearon y la arrojaron al piso mientras se resistía al robo de su cartera en la cual guardaba un celular, dinero en efectivo y otros objetos de valor, que finalmente perdió.
El nuevo asalto esta vez ocurrió en la calle Hoyos Rubios, en el centro poblado La Natividad, jurisdicción de la Municipalidad Provincial de Tacna, por ello, la familia de la agraviada no dudó en exigir al alcalde Pascual Güisa (coronel de la Policía en retiro) fajarse bien los pantalones y frenar la delincuencia reinante en la zona.
«Hoy pudo ser mi cuñada y mañana ¿Quién puede ser? uno de nuestros hijos ¿Dónde está Pascual Güisa? por favor alcalde ponga las cartas en el asunto», «pido al señor Pascual Güisa, a las autoridades, al comandante, dónde están que no vienen a cuidar, cómo se dedican a cuidar a la (presidenta) Dina y no vienen a cuidar a la población«, «son varias veces que están robando (…) yo no sé que está esperando el coronel, de repente quiere que haya un robo en vivo y en directo para recién tomar en cuenta. Estoy bien indignada, quiero que se ponga los pantalones bien fajados el coronel, el comandante para que ponga la atención pertinente», son algunas de las expresiones dadas por Shirley B. tras el momento de terror vivido por su cuñada.
Los ladrones de aquel 27 de agosto habrían llegado abordo de un taxi, descendido en una esquina y amparados por la tenue luz del alumbrado público, atacaron a su víctima. Más asaltos ocurrirían en las fiestas que celebrarán La Natividad del 6 al 8 de setiembre por ello, la pobladora pidió mayor presencia policial en el lugar, asegurando que si bien la denuncia de su caso fue recibido, a la fecha y como es de costumbre apenas y sola vez el patrullero circula por el sector.
Al alcalde también le fue solicitado gestionar el cambio de luminaria pública por otra de mayor intensidad que permita al menos advertir con claridad la presencia de los delincuentes que han hecho del centro poblado su chacra.
