
“Estamos más que decepcionados (…) el problema pasa por la desorganización e incapacidad a la falta de respeto, porque una cosa es estar desorganizado y otra es que te prometan cosas y que no las cumplan”. Afirmó Luis Alberto Flores, gerente de la librería flores de la ciudad de Arequipa.
A ello se suma la ausencia total de publicidad que ocasionó que las ventas fueran mínimas, hecho que tuvo que ser subsanado por su propia iniciativa.
“Nos ha tocado a nosotros mismo montar una campaña de publicidad, a nosotros mismos hacernos volantes, captar personal y mandarlo a diversos puntos para que la gente se entere que hay un evento”.
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Lo mismo ocurrió con los escritores y ponentes que llegaron de la capital, quienes prácticamente tuvieron que autopresentarse ante la ausencia de un coordinador en cada actividad.