La demanda de flores amarillas se duplicó en los mercados de Lima, a pocas horas de celebrar el inicio del Año Nuevo, ocasión en la cual la población pone en práctica una serie de costumbres a fin de atraer la buena suerte.
Ya sea para realizar los tradicionales baños de florecimiento o para decorar las viviendas, las flores o “pompones” amarillos se venden como pan caliente en los centros de abasto desde las primeras horas de la mañana.
En los mercados Lobatón, de Lince; y en los exteriores del Estadio Nacional, en el Cercado de Lima, los clientes demandan ramos de 12 flores amarillas a un precio de 12 nuevos soles que, según los comerciantes, no se ha incrementado por las fiestas.
Karina Campos, vendedora del mercado Lobatón, señala que la demanda de flores de este color; así como de girasoles y atados de ruda, se ha duplicado en contraste con los días anteriores de este mes.
“Llevan flores amarillas para hacer sus rituales en la medianoche o decorar su mesa de Año Nuevo, porque se tiene la creencia de que este color atrae la buena suerte”, comentó la vendedora, al señalar que la unidad de girasol se vende a uno o dos soles, según su tamaño.
Sólo en este mercado, una veintena de establecimientos ofrece estas flores y, en menor cantidad, prendas de vestir, cotillón y otros artículos de color amarillo que, según la creencia popular, harán que el Año Nuevo sea mejor que el anterior.
La misma situación se aprecia en los exteriores del Estadio Nacional, adonde también acuden las personas a comprar flores amarillas, ruda y otras especies utilizadas en los baños de florecimiento.
Comerciantes de distintos mercados señalaron que los clientes concurren a estos establecimientos de manera masiva, sobre todo al mediodía. (ANDINA)
