De un disparo en la cabeza falleció el sargento Carlos Añasco Ramos (19) cuando se hallaba de servicio en las instalaciones del cuartel Tarapacá la noche del viernes 3 de noviembre.
La violenta muerte es investigada por la fiscal Patricia De la Cruz Romero y área de Homicidios de la PNP que, realizaron inspección técnico policial en el Regimiento de Caballería Blindada (R. C. B) 211 como escena del lamentable deceso.
De las diligencias, es esperado el informe del perito balístico tras ser incautado un fusil automático ligero utilizado para el disparo. Y resultado de informe medico legal. Ambos documentos, para esclarecer si se trató de un suicidio, mala manipulación de armamento o participación de terceros.
Hasta las 9:00 a. m. de este sábado 3, el cadáver permanecía en el hospital Hipólito Unanue para luego ser internado en la morgue central.
Esta no es la primera muerte de un soldado en el cuartel Tarapacá. El 25 de marzo del año en curso, José Joaquín Huzcata Fernández (20), natural de Lima, yacía sin vida en el R.C.B 113 a causa de un disparo en el pecho.
Otro sonado caso es Roger Adrián Arcata Rejas (19) a quien médicos en Lima tuvieron que amputarle el brazo derecho para salvarle la vida, matando así sueños de realización personal, pero que con apoyo de su familia podría volver a albergar. Él sufrió una fuerte descarga eléctrica en una zona de alto voltaje a la cual entró – según sus parientes- por orden de su superior para realizar limpieza, pero sin protección e incluso llevando una escoba con mango metálico que es conductor de electricidad. No siendo auxiliado de forma inmediata debido a una inspección que debía pasar el personal.
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