En el depósito de cadáveres hay 55 cuerpos, mientras que otros 20 ya están de camino después del temblor de 6,3 grados de magnitud. A lo largo del día de ayer se rescató con vida de entre los escombros de los edificios derrumbados a un centenar de personas.
Grandes edificios han quedado completamente destruidos, mientras que otros han resultado gravemente dañados. Entre estos últimos destaca la Catedral de Christchurch. Con cerca de 400.000 habitantes, esta es la ciudad más poblada de la isla Sur de Nueva Zelanda. Se calcula que en el edificio del banco Forsyth Barr, de 13 plantas, quedaron unas 150 personas atrapadas. El bombero Peter McCardle ha contado que ya se han rescatado a 30 dentro del inmueble, el cual, según sus cálculos, no corre peligro de derrumbe.
Además, algunos testigos han explicado a la BBC que dentro del edificio Pyne Gould Guinness también estaban unas 150 personas atrapadas tras el seísmo, aunque se desconoce cuántas han sido rescatadas. Los equipos de salvamento han instalado un refugio temporal en el parque Hagley, donde ya ha llegado más de medio millar de personas. La televisión estatal, TVNZ, también ha informado de que en otro punto de la ciudad se ha establecido una morgue provisional para ir llevando los cadáveres.
Key se ha desplazado hasta la ciudad después de mantener en Wellington, la capital del país, una reunión urgente para coordinar la estrategia de respuesta. En este sentido, ha aceptado la oferta australiana de enviar equipos de búsqueda y rescate. Este grupo estaría formado por un contingente de 148 especialistas, de los que la mitad ya están trabajando en el rescate y la búsqueda de supervivientes en Christchurch, según el Gobierno australiano.
El pasado septiembre, un seísmo de 7,2 grados ya golpeó Christchurh y causó decenas de heridos e importantes daños en infraestructuras públicas y edificios en el sur del país. Desde entonces, esta parte del país ha sufrido numerosos temblores. El último, justo después de Navidad, de 4,9 grados.
Ayudas y saqueos
Mientras, la Policía y las Fuerzas de Defensa evacuaban el centro de la ciudad y los hospitales de toda la isla Sur y se preparaban para atender a los cientos de heridos. El principal hospital de la ciudad ha sido evacuado ante el temor de que se derrumbase, según medios locales. Además, el seísmo también ha afectado al tendido telefónico y de electricidad, así como al suministro de agua.
El inspector de Policía Mike Coleman ha asegurado en declaraciones a Radio Nueva Zelanda que "había grandes destrozos en el centro de la ciudad" y que habían recibido informaciones de que se estaban produciendo los primeros saqueos, en algunas tiendas con los cristales rotos. "Es inseguro permanecer fuera y deambulando", ha advertido.
Al drama que viven ahora los neozelandeses se ha unido el hecho de que todas las salidas y entradas de la ciudad están bloqueadas. El ministro de Defensa Civil, John Carter, ha solicitado a los ciudadanos que despejen las carreteras para permitir el paso de los vehículos de emergencia y por otra parte el aeropuerto internacional de Christchurch permanece abierto solo para vuelos de emergencia.
Nueva Zelanda se asienta sobre el ''anillo de fuego'' del Pacífico, la zona en la que convergen la placa del Pacífico y la indoaustraliana. El país registra más de 14.000 terremotos al año, de los que unos 20 son de más de 5 grados en la escala Richter.
Cortesía: El País