«Puno sí es el Perú», así respondieron decenas de danzantes de la Virgen de la Candelaria a la presidenta Dina Boluarte. Según corresponsal de La República, Liubomir Fernández, el mensaje fue compartido durante coreografía que realizó la asociación cultural Uywa Chuwas de la comunidad campesina de Jatucachi-Pichacani en el estadio de la Universidad Nacional del Altiplano (UNA) de Puno.
El periodista y corresponsal enfatizó que “el puneño no olvida y la Candelaria no podía quedarse expendo de lo que se vive en el país (…) la festividad nace de revueltas (…) según la historia dice que la revolución indígena que llegó a Puno para invadirla, retrocedió ante el reflejo del sol en la corona de la virgen aparentando un millar de lugareños”, explicó Fernandez.
Fueron alrededor de 250 danzantes quienes expresaron su incomodidad al Gobierno central, pero no solo fue su coreografía, también fueron sus cánticos. «Virgencita Candelaria, te pedimos tu bendición, justicia para el Perú, somos quechuas y aimaras», alzaron su voz al compás de música andina.
La festividad de la Virgen de la Candelaria en Puno, se realiza luego de tres años de receso por la pandemia del COVID-19 y la convulsión política del año pasado, está marcada por el reclamo de justicia por las muertes en las protestas contra el Gobierno y el repudio al Ejecutivo, al Congreso y a sus operadores.
En Puno murieron 21 civiles, seis soldados ahogados por negligencia de sus superiores en el río Ilave y un policía en un caso en que el principal responsable es otro efectivo en retiro. Después de más de un año de los decesos, no hay sanción. El Poder Judicial solo dictó prisión preventiva para un policía por una muerte ocurrida en Cusco, pero el agente sigue prófugo.
MINISTRA DE CULTURA
Leslie Urteaga, titular del Ministerio de Cultura, realizó una visita inesperada a Puno, región que sigue exigiendo justicia por los fallecidos en manifestaciones. Una vez más, la población expresó su rechazo hacia el gobierno de Dina Boluarte y terminó expulsando a la ministra a punta de insultos y pifias.
Urteaga caminó resguardada de sus agentes de seguridad e intentó pasar desapercibida mientras se retiraba de la cancha deportiva del Arco Deustua, lugar donde se concentraron delegaciones de danzantes organizados por la prefectura de Puno, el cual depende del Ministerio del Interior (Mininter).
Las cámaras captaron a la miembro del Poder Ejecutivo haciendo caso omiso a los insultos que recibía, intentando evitar su incomodidad por la situación tensa que vivía. Al ver que la situación era insostenible, terminó retirándose rápidamente del lugar.
