Evaluación especializada de Prisma Ingenieros a obra hospital Hipólito Unanue de Tacna que debió culminar en 2018 arroja cambio de todos los aisladores, un total de 170 y reforzar 56 zapatas al estar en riesgo la estructura, indicó Edwin Esquivel parte del equipo técnico del Colegio de Ingenieros.
Gestión del ex gobernador Juan Tonconi indicaba que solo 4 a 5 fueron mal colocados quedando paralizada la construcción en 2020 con apenas 40% de avance físico. Ahora más de 100 deben ser cambiados demandando un estimado de casi 7 millones de dólares, acotó.
INFORME HOSPITAL DE PRISMA
«Esto corrobora lo que nosotros como Colegio de Ingenieros habíamos solicitado, de que esto necesitaba una evaluación técnica por expertos. Si bien es cierto en 2023 recomendamos la participación de Prisma, y dos empresas más en Lima y una de Chile, pero se concretó con Prisma y en buena hora que hicieron esa evaluación», comentó Esquivel.
Explicó Esquivel que Prisma en la primera evaluación advierte en cuanto «a las cimentaciones; que la capacidad máxima aportante es de 2.8 kilogramos por centímetro cuadrado del suelo, pero las zapatas están soportando mayor capacidad, eso significa que esas zapatas deben ser reforzadas porque en una presencia sísmica estas pueden fallar y lo que nosotros queremos es que esa estructura no deba tener ningún tipo de fallas. En caso de sismo es el ultimo local que debe fallar».
Así, Prisma concluye que, «para la obra continúe se tiene que hacer varias modificaciones, entonces han dado dos alternativas. La primera, es el reemplazo de todos los disipadores sísmicos«, indicó al mismo tiempo de referir que «en anteriores ocasiones el fabricante aseguró que podían reemplazarse, que habían errores en la instalación» situación que ahora deben ser materia de investigación. A la vez de acotar que cada uno demandaría un costo de 8 a 10 mil dólares.
«La segunda alternativa (…) y afectaría la superestructura es reforzarla. Implica reforzar columnas y vigas, para que la estructura, el bloque no sufra desplazamientos. En caso de sismo, si esta estructura sufre deformaciones afectará otras instalaciones, puede ser que no falle las columnas y vigas, pero afectara instalaciones sanitarias, eléctricas, de gas, oxígeno, que son estructuras rígidas y no podrán absorber las deformaciones», explicó a la vez de acotar que esta alternativa es la más costosa «por eso recomiendan a la alternativa 1».
Según el ingeniero, cada aislador deberá pasar evaluación cumpliendo con protocolos que la normativa no contemplaba antes y “al cambiar los aisladores cumpliendo los protocolos, se quiere que la estructura funcione rígidamente ante un sismo, que tenga desplazamientos sí, pero no deformaciones. Además de reiterar que el Colegio de Ingenieros ya había observado la ejecución de obra recomendando una evaluación sí o sí de la estructura por expertos, ocurriendo esto luego recién asumida la gestión de Luis Torres Robledo, y siendo conocido el resultado un año y tres meses después.