“No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo” (Walt Whitman)
Vallejo es un poeta muerto, entonces, no es un poeta vivo, inútil, todos los poetas nacen muertos, no quieren, no saben vivir, “yo nací en un día en que dios estuvo enfermo”, Vallejo no entendió la vida, ¿para qué?, era perder el tiempo, perder el tiempo es no soñar, sabía que iba a morir, de dolor marino, “quien sabe de dolor, todo lo sabe”, porque no puede ser sepultado en un bosque submarino, “me desvinculo del mar, cuando vienen las aguas a mí”, hay palabras existentes en el mar, Vallejo murió como poeta, Vallejo murió de hambre, sin comer siquiera un caldo de gallina con huevo duro, siquiera un caldillo de congrio junto a Neruda en la Chascona, siquiera un café con Borges, mirando a la nada, en San Telmo, ergo, tenía anemia, Vallejo murió solitario, solitario como un cactus ahogado en el océano de un macetero sin agua, Vallejo existía en soledad, intensa soledad, temeroso de sus palabras que padecen de ideación suicida, Vallejo murió pobre, pobre como un poeta sin mecenas, ya no existe el mecenas, ahora existe el mercado, pobre Vallejo, poeta, no pudo ser millonario para viajar en el tiempo, estar en la Grecia legendaria con Eugea, la más bella hieródula, sagrada, sensual, apasionada, cautivadora, irresistible, sierva de Afrodita, tal Silvina Ocampo, poeta, impregnada de perfumes hechizados, amante incansable, matriz candente, siempre cubierta de algas terrestres, oh, encantadora diosa del amor, Vallejo, no pudo, no pudo viajar al espacio a inspirarse en estrellas moribundas, estremecidas por el caos, los poetas pobres, que pobres son, mas Vallejo imaginó a Eugea, el sexo le consumió la vida, no pudo soportar el dolor humano sobre su territorio ososo, mítico esqueleto, Vallejo es un poeta muerto, poetizador del drama inhumano, “Estáis muertos… , Wañusqam kachkankichik, Qué extraña manera de estarse muertos…Pero, en realidad estáis muertos”, por tanto, no es un poeta inútil, como todo poeta muerto, Vallejo conversa con fantasmas muertos, hay fantasmas vivos, en un oasis de dátiles inútiles, Vallejo, inventor de palabras inexplicables, secretas, sin principio, ni fin, poeta prisionero, trilce, nada, de idiomas misteriosos, de letras mágicas, vesperales, lloraba, lloraba como un dios derrotado, escribía en silencios somnolientos, sabía que al final, todo es igualdad, todo es libertad …
