La mano derecha de Murdoch prestó declaración durante 11 horas.- Está previsto que comparezca ante los Comunes el martes.- Cameron propone una nueva sesión parlamentaria para informar sobre la investigación.
Tras más de 12 horas prestando declaración por su relación con el escándalo de las escuchas telefónicas, de las que negó tener ningún conocimiento, Rebekah Brooks, la mano derecha del magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch, fue puesta anoche en libertad bajo fianza. La policía británica la detuvo a primera hora de la tarde de ayer para su declaración policial. El pasado viernes, dimitió como consejera delegada de News International, la rama británica de la corporación de Murdoch, por el escándalo de las escuchas ilegales del grupo. Un portavoz de Brooks ha confirmado esta mañana que, pese al interrogatorio, también se sentará este martes frente a la Cámara de los Comunes para responder a la comisión parlamentaria que estudia la trama. A la sesión también asistirán Rupert y James Murdoch.
«Aproximadamente hacia medianoche, la mujer ha sido puesta en libertad bajo fianza para que vuelva a una comisaría de Londres a últimos de octubre», informó la policía británica en un comunicado.
El arresto de Brooks se produjo el domingo al mediodía, cuando se presentó con cita previa en una comisaría de Londres. La exconsejera delegada de News International y exdirectora de News of the World y The Sun, recibió el viernes la citación para presentarse y, según su portavoz, no esperaba ser arrestada. El arresto es una figura legal que da poderes a la policía para efectuar registros e incautarse de documentación en poder de las personas retenidas tras una citación. Un portavoz de la periodista ha declarado que ella «está ayudando a la policía con sus consultas. Acudió a la comisaría voluntariamente, pero no sabía que iba a ser arrestada».
Según un comunicado de Scotland Yard, fue arrestada como sospechosa de conspirar para interceptar comunicaciones y sospechosa de haber violado la ley de Prevención de la Corrupción. Eso significa que es investigada por las escuchas ilegales del News of the World y por posibles pagos ilegales a miembros de la Policía Metropolitana a cambio de información confidencial. Precisamente esta rama de la investigación ha llevado al jefe de Scotland Yard, Paul Stephenson, a presentar su dimisión.
Sesión parlamentaria de emergencia
La renuncia de Stephenson y la detención de Brooks han sonado también en Sudáfrica, donde el primer ministro, David Cameron, está de visita oficial. El líder tory ha abierto la puerta desde Pretoria a la celebración de una sesión parlamentaria extraordinaria este miércoles para informar sobre los últimos acontecimientos.
«Podría estar bien que el Parlamento se reuniera el miércoles para que yo pueda hacer una declaración, informar a la Cámara sobre la parte final de esta investigación judicial y responder a cualquier pregunta que surja hoy o mañana», ha señalado Cameron en rueda de prensa. A priori, los parlamentarios tenían previsto disfrutar de seis semanas de vacaciones desde este martes.
Rebekah Brooks, de 43 años, era directora de ese tabloide cuando un investigador privado a sueldo del diario interceptó el buzón de voz de Milly Dowler, la niña de 13 años secuestrada en marzo de 2002 y asesinada nada más desaparecer. Brooks siempre ha negado que tuviera conocimiento de esas escuchas. A pesar de ello, Brooks se vio obligada a dimitir de su cargo la pasada semana después de que también lo hiciera Les Hinton, su antecesor en News International y hasta el viernes hombre fuerte en The Wall Street Journal.
Las investigaciones sobre los pagos a policías llegan ocho años después de que ella misma reconociera esas prácticas en una comparecencia en los Comunes, aunque luego matizó que no se refería a ningún caso concreto y que hablaba en general.
El martes, ante los Comunes
El momento elegido para la detención ha despertado algunas sospechas. Es muy poco habitual que Scotland Yard arreste a alguien con cita previa en domingo y llama poderosamente la atención que haya ocurrido justo 48 horas antes de que la periodista comparecezca ante la comisión de Cultura de los Comunes, donde sin duda será cuestionada por sus declaraciones de 2003 sobre pagos a la policía, además de acerca de las escuchas.
La misma sorpresa ha provocado a algunos diputados. «¿A quién interesa que haya ocurrido este arresto justo antes del martes?», se preguntó el diputado liberal-demócrata Adrian Sanders. «Mucha gente va pensar que es muy, muy raro, que haya ocurrido este arresto justo horas antes de la comparecencia ante la comisión. Si eso se ha hecho para evitar que la policía esté en el centro de atención y al mismo tiempo proporcionar un escudo a Rebekah Brooks, entonces se trata de algo muy serio. No sabremos hasta qué punto esto va a afectar a nuestro interrogatorio hasta que hablemos con nuestros consejeros legales», añadió.
«No compro la historia de las teorías conspirativas», se desmarcó de esas sospechas el diputado laborista Jim Sheridan, que confió en que el arresto no afecte a la comparecencia de Rebekah Brooks.
Otro diputado laborista, Chris Bryant, que en los últimos dos años ha destacado por su constante activismo para denunciar las escuchas ilegales porque él mismo cree haber sido espiado, adoptó una posición intermedia: «Es posible que la policía quiera proteger evidencias que pueden acabar llevando a procesamientos con éxito, pero hay mucha gente que dice que esta es una gran oportunidad para que ella venga a la comisión de Cultura a contar cosas. Al final, por supuesto, la investigación policial es lo más importante de lo que estamos intentando conseguir desde hace tiempo para llegar hasta el final de la criminalidad en el News of the World».
La detención de Rebekah Brooks es otro golpe a la mandíbula de Rupert Murdoch. Según varios comentaristas británicos, Murdoch y sus ejecutivos no sabían que la policía planeaba arrestarla cuando la semana pasada discutieron su posible dimisión como consejera delegada y la citación policial llegó después de que Rebekah hubiera anunciado su marcha, el viernes por la mañana.
El líder de la oposición, el laborista Ed Miliband, pidió en una entrevista en The Observer la imposición de límites a emporios periodísticos como el de Murdoch. «Tenemos que examinar qué hacemos cuando se dan casos en los que una persona puede controlar más del 20% del mercado de la prensa, la plataforma Sky y el canal Sky News», declaró. A su juicio, la concentración de medios es «poco saludable» y «peligrosa». En téminos similares se pronunció en la BBC el número dos del Gobierno, el liberal Nick Clegg.
Como una hija para Murdoch
Brooks llegó al tabloide News of the World siendo una veintañera. Dio el salto al Sun, el verdadero poder fáctico de Murdoch en la política británica, y con 29 años volvió al News of The World como directora. Tres años después, en enero de 2003, se convirtió en la primera mujer directora del Sun. En junio de 2009, ya era consejera delegada de News International, la rama británica del emporio de Murdoch, que quiere a su ex directiva, según ha declarado, como una hija.
Este es el décimo arresto que se produce en relación a las escuchas ilegales. Otros han sido los de Andy Coulson, 43 años, director de News of the World de 2003 a 2007 y después director de Comunicación del primer ministro británico David Cameron; Neil Wallis, de 60 años, subdirector de News of the World cuando Coulson era director y Clive Goodman, de 53 años, ex corresponsal real del semanario.
Esta detención, según señala The Guardian, puede seguramente significar que la investigación policial se acerca a James Murdoch, el hijo del magnate, que ha dirigido todas las empresas de News Corporation en Europa y Asia desde 2007 y que personalmente aprobó pagos a los litigantes contra News of the World. También, señala el medio británico, supone un golpe a Downing Street. El viernes se difundió que Cameron había recibido en dos ocasiones a Brooks, algo que no ha ocurrido antes durante su mandato. También coincidieron en la última navidad en una reunión con otras personas.
Cortesía: El País