Cecilia Alanoca Zanga (50), la comerciante hallada en un charco de sangre en el interior de su negocio ubicado en la asociación Jaime Yoshiyama, murió a consecuencia de heridas punzocortantes a la altura de su cuello y en paralelo de un golpe en la cabeza por parte de desconocidos.
Ese fue el resultado de la necropsia que le practicó el médico legista, quien determinó que la mujer falleció a consecuencia de un shock hipobolémico hemorrágico en lesiones cervicales traumáticos con arma blanca.
Alanoca era conocida en el cono sur de la ciudad por dedicarse varios años a la distribución de productos para la panificación. Su violenta muerte causó conmoción entre vecinos y maestros panaderos.
El homicidio fue reportado como al mediodía del domingo 1 de diciembre a la PNP por su ayudante quien ingresó al local al no tener respuesta a las llamadas de celular y encontrar la tienda que funciona en la vivienda cerrada. El fiscal de turno, Tito Damián Mamani Pérez, confirmó a Radio Uno al cierre de las diligencias que culminaron cerca de las 10:00 p. m., el hallazgo de «algunos signos de violencia en la habitación».